EVADE

14. Completa oscuridad.

Capítulo 14

"¿Noviecito?"

Unos golpes detrás de mi puerta me despertaron, la poca luz que entraba por la ventana me inquietaba, ya era de día y yo solo pensaba en seguir durmiendo por todo el transcurso del día. 

Abrí los ojos y lo primero que vi fue a Jess durmiendo  tranquilamente con los brazos cubriendo mi espalda y yo sobre su pecho. Uy, seguía sobre su cuerpo, casi encima de él, de nuevo. No era nada incomodo estar en los brazos de Jess, de hecho era muy acogedor. 

Intente incorporarme, pero Jess me abrazó con más fuerza murmurando palabras ininteligibles en sueño. Me quede así por un buen rato intentando despegarme lentamente, pero él solo se quejaba y me apegaba más a su cuerpo como si fuera una almohada.

Una sonrisa se formó en mi rostro al ver lo tierno que se veía. Lo tenía a solo unos centímetros de mí, y sentí una inmensas ganas de tocarle la piel. Tenía los labios levemente entreabiertos, el ceño fruncido, la piel pálida y suave. Le toque la mejilla en un gesto inconsciente y me quede así por una fracción de segundos, contemplando su rostro.

Los golpes volvieron a escucharse y entonces, reconocí la voz de papá... ¿Papá? ¡MI PAPÁ! 

—Jess —le susurre mientras le daba golpecitos en el pecho —. Vamos, despierta.

—Al rato... —respondió medio dormido.

—Mi papá está tocando la puerta, tienes que esconderte.

—Vale —murmuró acorrucándose un poco mas a mi.

—Jess... —repetí moviéndole el hombro.

—Uhm —comentó dormido.

—¡Déjame levantarme! —exclame.

—Tu déjame dormir... —hizo un puchero y volvió acomodarse pero yo me aparte.

Me le quede observando por un momento y comencé a reírme. Él abrió los ojos, con notable enfado por haberlo despertado.

—Me duele hasta el culo —dijo mientras se ponía de pie.

Su cabello estaba salvajemente despeinado y tenía el rostro adormilado e hinchado. Note los detalles de su pijama de Spiderman que le quedaba un poco ajustada por su gran altura.

—Tu te quisiste quedar —le recordé en un encogimiento de hombros.

—Tu querías me que quedara —respondió mientras bostezaba.

Rodee los ojos y le lance las sabanas del suelo—. Escóndete en el baño, apresúrate. —le insistí. Me acerque a la puerta lentamente y puse mi mejor cara adormilada. Vi por el rabillo del ojo como Jess se encerraba en el baño llevando en sus manos las sabanas.

Finalmente, abrí la puerta, encontrándome con mi padre de brazos cruzados.

—Buenos días  —fingí un bostezo y estire los brazos con pereza.

—Tu madre preparó chocolate caliente —miró hacia el alrededor de mi habitación con el ceño fruncido.

—¿Qué pasa? —inquirí rápidamente.