10. El sotano.

110K 10.5K 15K
                                    

Capítulo 10.

"Encontré algo y creo que no es nada bueno"

Thomas manejaba de lo más rápido posible.

Theo checaba su pulso cada cinco segundos.

Morgan estaba empapada de sangre seca, mientras lágrimas se deslizaban por sus mejillas.

y Jesse seguía sin respirar.

Ahí estábamos a unos minutos de llegar al lago congelado. Sentía una gran preocupación y una terrible angustia. Jesse no daba señales de vida. Tenía el rostro pálido y cadavérico, los labios cortados y el tono azul de las yemas de sus dedos desapareció, volviendo sus manos de un extraño color gris, al igual que del tono de sus labios.

Tenía sangre seca en la nariz y en las orejas. Había estado inconsciente desde que lo sacamos a escondidas de la casa. Yo no podía dejar de llorar, ni de morderme las uñas de los dedos por los nervios. Jesse no podía morir.

Thomas abarcó el auto lo más rápido posible a un extremo del parque que daba directo al lago. Por nuestra suerte, el lago estaba vacío, nadie pisaba el parque desde hace días, ya que estábamos casi a bajo cero y hacía un frio infernal.

Jess cargó a Jesse en sus brazos, y se encaminó hacia la orilla del lago con suma rapidez. Morgan y yo comenzamos a darle fuertes golpes al hielo del lago para crear un pequeño hoyo. Mis nudillos no tardaron en sangrar al igual los de Morgan, pero eso no nos importó, así que seguimos golpeando hasta que lo logramos.

—Bien, ahora metámoslo —dije con la voz temblorosa por el frío.

Jess lo metió al lago congelado con delicadeza, y yo tomé un poco de agua con las manos y comencé a pasarla por su cabeza. El agua estaba extremadamente fría, pero resistí.

—Vamos Jesse, despierta —dijo Morgan mientras sostenía su mano y daba pequeños besos en ella. Pero Jesse no reaccionaba solo flotaba aun sin reaccionar.

—¿Por qué no está funcionando? —inquirí nerviosa mirando a Jess.

Estaba temblando de la angustia. El labio inferior no dejaba de palpitarme y tenía unas inmensas ganas de llorar.

Jess se pasó la mano por su cabellera, dubitativo—. Morgan—la llamó. Ella se giró hacia él y frunció el ceño—, creo que debes soltarlo —dijo. Mis ojos se ampliaron al igual que los de Theo que estaba a lado de nosotros, muriéndose de frío.

—¿Qué? —Morgan comenzó a negarse con la cabeza. Tenía los ojos llorosos y el ceño completamente fruncido.

—Su cuerpo debe congelarse por completo. Confía en mí —dijo Jess con firmeza. Él estaba de brazos cruzados con la postura firme, inmune a la potencia del frío.

—¿Y si no reacciona? ¿Y si se hunde y lo perdemos? —mencionó Theo, nervioso. Tenía la nariz roja y se abrazaba con sus propios brazos. Había comenzado a nevar.

—Estara bien —Jess le aseguró.

Morgan lo miró y se lo pensó por un momento. Se mordió el labio inferior y después de un rato, asintió sin más. Comenzó a soltar la mano de Jesse con lentitud, entonces Jess empezó a hundirse todavía inmóvil.

Vimos su reflejo bajar y mis nervios aumentaron. Cerré los ojos mientras suspiraba profundamente con preocupación. Al abrirlos ya no se encontraba. Estaba completamente hundido hasta el punto en que su reflejó ya no era notorio.

Vamos Jesse, reacciona.

—¿Estás seguro de que funcionara? —le pregunté angustiada.

—Tiene que funcionar. —Respondió Jess.

EVADEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora