37. Distintas partes del mundo.

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Capítulo 37

"Cuando los chips se apagan"

Subimos lo más rápido posible al auto de Henrik, con la adrenalina corriendo a toda velocidad y la respiración acelerada. Jess se subió al lado de copiloto y yo me subí en la parte trasera del coche. Cerramos las puertas de golpe, dejando a los hombres de las motocicletas atrás. Vi cómo nos alejábamos de los enemigos y las luces de las motocicletas eran cada vez más lejanas. Me llevé una mano al pecho intentando controlar mi respiración.

Ni siquiera podía hablar por el aturdimiento, de todo lo que había ocurrido.

Nos habíamos quedado en completo silencio. Lo único que se escuchaba era como Jess y yo, tratábamos de bajar el fatigo. Se habia creado un tenso silencio.

—Bueno... esa no era la bienvenida que me esperaba —la voz de Henrik me hizo elevar la cabeza hacia el retrovisor. Algo se me removió en el estómago por los nervios y la felicidad, cuando lo vi. Habia pasado tanto tiempo desde la última vez que lo habia visto.

Esboce una amplia sonrisa cuando sus ojos se enfocaron en los míos. Estaba tan feliz de verlo.

—Gra-gracias, muchas gracias... en serio... —confesé. Él me devolvió la sonrisa y me guiñó el ojo en un gesto amable—. ¿Cuándo... llegaste? —inquirí al cabo de unos segundos, con la voz entrecortada por la falta de aire.

—Hace unas horas —respondió Henrik—. No vine solo, traje a todo un equipo para que me ayudaran —comentó y suspiró —. Todo será más complicado de lo que creí, cambiaron un poco las cosas.

Enarque una ceja y lo mire con atención.

—¿Qué cambió exactamente?

—Bueno, la chica de voz dulce —al instante supe que se refiera a Susie, él prosiguió—, me dijo que alejara a ustedes dos mucho más que los demás. Me dijo que todos tienen un chip que delata su ubicación, pero la mayoría de los socios de su padre saben que tienes poderes, y lo más probable es que quieran experimentar y encerrarte. Algo así entendí. —sacudió la cabeza, confuso—. Así que los llevare a un lugar que casi nadie conoce.

Asentí, nerviosa.

—¿Y qué sucederá con los demás? —cuestione dándole una ojeada al exterior.

—Ellos están en camino hacia los helicópteros de la costera. Donde nos estamos dirigiendo justo ahora.

—¿Como? ¿En dónde estamos? —pregunte, desconcertada. ¿Qué trataba de decir con costera?

—Están varados en una isla desconocida. —soltó.

Jess y yo, nos intercambiamos una mirada confusa, todo este tiempo creí que se trataba de un bosque, pero en realidad lo que nos rodeaban, era una inmensa selva.

—Saldremos de la isla en un helicóptero. Podrán ver todo lo que los rodea, es una infinidad de agua. —comentó limpiándose con el torso de la mano el sudor que brotaba de su frente—. Sin mi ayuda, jamás hubieran podido salir de aquí.

Miré por la ventana y me di cuenta de todas las plantas que rodeaban el lugar. Pero habia algo extraño... ¿entonces los pinos no eran pinos de verdad? lo más probable, era que se trataba de Fox, para querer confundirnos y engañarnos. Eso explicaba porque nunca pude recordar nuestra llegada a este lugar. Era como si nos durmieran en el transcurso y nos botaran aquí, y así nunca lograríamos escapar.

Minutos después Henrik se giró hacia Jess, que tenía los brazos cruzados y miraba fijamente la ventana con una expresión cansada. Como si los pensamientos de su mente fueran todo un caos. El castaño entornó los ojos y poco después habló, ganándose la atención de ambos:

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