(Maratón 2/3)
Capítulo 26.
"Todo puede pasar en una noche"
10 horas antes...
Thomas.
La recepcionista del motel nos veía con una cara de horror. Y la verdad es que no la culpaba, parecíamos sacados de una película apocalíptica.
Habíamos decidido —en realidad solo lo decidí yo—, en quedarnos en un motel cerca del club. Nadie estaba en las condiciones como para conducir por la oscura carretera. Yo era el único sobrio eso si, pero la hora y la lluvia torrencial no eran buenas condiciones como para regresar a casa con cinco ebrios y uno desaparecido.
El imbécil de Dee.
El motel era escalofriante. Parecía de esos moteles de las películas de terror, en donde trágicamente moría el grupo de adolescentes idiotas que... bueno ahora mismo no era un buen momento para pensar en esas cosas, sabiendo que aquí nosotros éramos esos idiotas.
El punto era que estaba enojado, y mucho. Se suponía que esto sería un viaje corto y discreto y, se había convertido en un puto desastre, con tres drogados, dos borrachos y un desaparecido.
Sacudí la cabeza y me concentré en la recepcionista, ella seguía un poco embobada viendo a los demás.
La situación estaba así:
Theo charlaba con una de las plantas falsas de la esquina. Se carcajeaba sin parar, como si la planta le hubiera contado el mejor chiste de su vida.
—Esta medio borracho—le aclare a la recepcionista con una risita nerviosa.
Ella me miró con los ojos entrecerrados como respuesta, y poco después, su mirada cayó en los dos tortolitos de la otra esquina. Estaban dando todo un jodido espectáculo. Morgan seguía media drogada y no dejaba de balbucear, ni de tambalearse, en los brazos de Jesse.
—¡No estoy enfadada!—dijo enfada, cruzándose de brazos.
—¡Claro que lo estas! —Jesse protestó.
—¡Nunca captas mis indirectas!
—¡Se mas especifica!
—¡Te dije que necesitaba probar tus labios y te cubriste la boca! —espetó, molesta. Estaba más insoportable que nunca gracias a los malditos papelitos. Por suerte a Jesse, ya se le había bajado casi todo gracias al extraño suceso del bar.
—¡Creí que querías morderme! —su rostro se aterrorizó.
—¡Significa que quiero que me beses!
Jesse hizo una o con los labios y su ceño poco a poco se suavizó. La pelirroja resopló y volvió a cruzarse de brazos. Todavía seguía en el agarre de Jesse. Tenían una relación demasiada extraña, pero solo ellos se entendían. Entre raritos lo hacían.
Por otro lado, Jess parecía que quería estamparle la cabeza a Theo contra la pared. Pues él no dejaba de reírse por los inexistentes chistes que le contaba la planta. Incluso la recepcionista se le había quedado viendo más de lo normal a mi hermano y, también le daba una que otra ojeada a Jess.
Y hasta la otra esquina, estaba Sam. En cuclillas, friolenta y medio ebria, haciéndole cariñitos a un gato que descansaba en el sillón de la recepción.
—¡Mira Jess es muy mono! Ven aquí pequeñito —extendió sus brazos hacia el gato negro.
El gato se acercó hacia ella a pasos lentos, y finalmente se dejó tocar. Sam amplió su sonrisa y empezó plantarle muchos besitos sobre su cabeza.

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EVADE
Mystery / ThrillerUna oscura y misteriosa carretera. Un riesgoso y emocionante viaje, justo en la noche de Halloween. Dos mejores amigas dispuestas a arriesgarlo todo. Esas éramos mi mejor amiga y yo, a punto de tomar una decisión que cambiaria por completo nuestras...