EVADE

3. Tarde en casa de los rubios.

Capítulo 3.

"Descanse en paz, Negrito"

 Jess.

Sus ojos.

Su mirada era diferente.

Era incluso aún más intimidante.

Se veía tan raro, tan complejo y al mismo tiempo tan feroz.

Y su tono de ojos cambió por completo a un extraño color rojizo. Creo que nunca habia visto ese tono de ojos en la vida real. Eran realmente impresionante, le daban un aspecto más osado y atractivo.

Sali de inmediato del baño y lo primero que apuntó mi mirada fue a Emma. Soltó un grito de espanto al ver a Jess sentando en mi habitación, como si pensara que él estaba a solas en mi recamara y era un ladrón, pero al verme salir del baño, suspiró del alivio. Me acerque hacia a ella para callarla. Tenía una mano colocada en el pecho y observaba a Jess con el ceño fruncido completamente desorientada.

¿Qué demonios le iba a decir? De ninguna manera le revelaría la verdad así que tenía que pensar con rapidez e inventarme una absurda excusa creíble.

—Emma necesito que me escuches —musite—. No puedes contarle nada de esto a nuestros padres ¿De acuerdo? —cerré la puerta colocando el seguro.

Jess la miraba con cierta rareza. Aún con las luces apagadas, el destello de sus ojos era notorios. Era algo así como una mezcla entre un rojo y marrón con una mata de gris. Se mantuvo callado y serio, como si no quisiera entremeterse y dar problemas. Incluso habia relajado su postura, cuando se dio cuenta que se trataba de mi hermana y vio que la conocía.

—¿Quién es él? —preguntó ella, confusa.

—Es un amigo de la escuela —respondí de lo más normal, para no dar ninguna sospecha.

—¿Y por qué tiene el pijama al revés? —entrecerró los ojos como si sospechara de algo.

Estem...

—Porque así le gusta usarla —me encogí de hombros.

Por supuesto eso no sirvió, se formó una mueca desagradable en el rostro de Emma, miró con extrañez a Jess, y a su ropa mal puesta, luego volvió a mirarme a mí, con los ojos entornados. Después se llevó las manos al pecho en un gesto instintivo, como su hubiera descubierto algo horrible.

—Creo que ya lo entendí todo, ¡Van a hacer cochinadas! —gritó de nuevo.

Me negué con la cabeza al instante, y corte la distancia que nos separaba para taparle la boca, ¡Despertaría a nuestros padres, si seguía gritando de esa manera! Jess frunció más el ceño y la miró con confusión, no tenía ni la menor idea a que se refiera a mi hermana, estaba demasiado agradecida por su inocencia. Emma se colocó las manos sobre la cadera nada contenta como una madre defensora y yo no tarde en poner los ojos en blanco.

—¡No! solo dormirá esta noche aquí porque... su casa queda muy lejos y ya es muy tarde como para que regrese —respondí en voz baja y me hinque—. Porfavor no le cuentes nada de esto a mamá —la sujete de los hombros.

Ella hizo una mueca de asco al instante.

—¿Van a tener... relaciones... sexosas? —dijo aterrorizada.

—Es sexuales boba y no —pero me detuve un momento—, espera... ¿Y tú como sabes eso, ¿eh?

—Porque lo vi en la escuela. Ciencias naturales, dah —dijo como si fuera tonta.