EVADE

1. Donde todo comenzó.

Capítulo 1.

"Los extraños no parecen ser tan malos"

Estábamos en shock.

Muy pero muy en shock.

Creo que hasta esa pequeña palabra se queda corta.

Morgan parecía que estaba apuntó de desmayarse, con la boca abierta en una O, tan abierta, que una mosca podía haberle entrado de la nada y ella ni por enterada.

Un escalofrió me recorrió por todo el cuerpo y mis piernas comenzaron a debilitarse cada vez más. No podía creer lo que estaba frente a mis ojos. Estaba demasiado conmocionada como para cubrir mi boca. ¡Ni de coña podía quedarme aquí de pie, necesitaba correr, huir, gritar, pero estaba petrificada!

Habia un hombre.

Bueno... ¡un chico, sujeto, alíen, ya ni siquiera tenía idea de que carajos era!

Estaba ahí. Hincado en el pasto cerca del cartel, mientras se devoraba las partes de una inmensa vaca que estaba destripada y sin vida, justo a su lado.

VIRGEN SANTA.

La devoraba con tanta desesperación, que la sangre del pobre animalito salía disparada hacia todas partes y el rostro del chico se le llenaba de sangre y sudor, pero él estaba bastante tranquilo, disfrutando del momento, ¡mientras que Morgan y yo, no podíamos ni siquiera huir!

Se podía escuchar su respiración agitada, sus ansias de devorar, y sus manos estaban cubiertas de sangre al igual que toda su boca. ¿Acaso estaba soñando? ¿Era algún tipo de broma? ¡¿De dónde carajos habia salido este sujeto?!

Llevaba puesta una bata blanca con puntos azules, como si hubiera escapado de un hospital psiquiátrico. Su cabello castaño cenizo se encontraba salvajemente despeinado, tenía las mejillas sonrojadas, los labios hinchados y su cuerpo estaba lleno de tierra. La luz de la linterna de Morgan daba directo hacia la terrorífica escena. En cualquier momento podía voltearse y vernos justo ahí de pie, pero parecía estar demasiado concentrado comiéndose al pobre animal.

Mi mente lógica sabía que tenía que pensar y actuar con rapidez. Sin embargo, mi cuerpo estaba abatido por el shock. No me podía mover.

Entonces, finalmente reaccione. ¡Por que claramente tenía que reaccionar si no quería ser la cena de ese chico! Comencé a retroceder con pequeños pasos hacia atrás, sin tratar de llamar la atención del sujeto que se encontraba justo a unos centímetros de nosotras.

Tome la mano de Morgan.

Pero ella no reaccionaba.

Estaba paralizada.

NO, NO Y NO.

Me contuve. Tomé su muñeca sigilosamente y la guie hacia la dirección del coche. ¡Pero ella no daba señal de movimiento, ni siquiera de vida! y eso aumentó más mis nervios. Permanecí tranquila, evitando ocasionar algún tipo de ruido. Quise correr hacia el coche y salir de ahí lo antes posible pero no podía dejar a Morgan con este demente. ¡No quería que se devorara a mi mejor amiga!

Cuando de pronto, su mirada se desvió directo hacia nosotras y fue ahí cuando nos vio.

Bueno, fue un gusto conocerlos. Al menos viví mi vida hasta los diecisiete y comí muchas tortitas.

Sus ojos parecían la representación más infame del miedo. Me ocasionó un escalofrió por todo el cuerpo y todos mis músculos se tensaron. Habia un aire pesado de cansancio en su rostro por sus grandes ojeras tenues y los rasgos fuertes de sus ojos. Tenía esa mirada de perversidad y atrocidad.