7. El despertar de Jess.

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Capítulo 7.

"¿El verdadero Jess?"

Dormía como un bebé.

La cama era tan cómoda, suave y deliciosa, y sinceramente quería seguir durmiendo por el resto el día.

Ayer habia sido todo un caos para hacer que todos durmieran y volverían a sus camitas. Desde que salí de la habitación de Jess, todo fue completo desastre; Los rubios comenzaron a llorarle a sus ex y crushes, y los tuve que corretear por toda la casa y esconderles los celulares porque estaban a punto de cometer una gran estupidez. Con Morgan fue sencillo, la lleve a la cama y cayó rendida en sueño. Por otro lado, Jesse se había quedado dormido en la sala al igual que Henrik, así que no tuve problema con ellos.

Abrí mis ojos con pereza. Mi cabeza estaba a nada de explotar, sentía una pesadez en el cuerpo, y mis parpados estaban cansados y muy pesados. Me levanté entre quejidos de la cama, quería seguir durmiendo, pero supuse que ya era un poco tarde, ya que por lo que escuchaba desde mi la habitación, parecía que todos estaban despiertos y llenos de energía. Chequé la hora en el reloj de la mesita y amplié los ojos cuando vi las nueve de la mañana en grande.

No me jodas. Los iba a asesinar.

Abrí la puerta, furiosa y después maldije internamente por haberme parado de golpe. Me dio un gran mareo que recorrió todo mi cuerpo haciéndome tambalearme un poco por el camino. Las voces de todos cantando el coro de la canción con emoción eran cada vez más fuerte y un delicioso olor a Waffles se expandió por el largo pasillo haciendo que mi estómago gruñó de hambre.

Llegue hacia la cocina, y me rasque la cabeza, confusa, cuando la encontré completamente vacía, entonces me di cuenta de que el ruido provenía desde afuera. Las puertas de atrás estaban abiertas al igual que todas las ventanas, haciendo que la briza de aire entrara y se expandiera por la casa. Al salir sentí el cálido y dulce aire procedente de los árboles y pinos.

Me encontré con todos desayunando felizmente y cocinando con música ochentera de fondo. Parecían estar intactos y felices todo gracias a mí. Y lo peor de todo, era que seguro ni lo recordaban.

—¡La bella durmiente despertó! —exclamó Morgan con las manos levantadas haciéndome desviar la mirada hacia la mesa llena de comida.

—¡Estábamos a nada de sacar tu colchón al lago! —dijo Thomas, sonriente.

—¿Por qué no despertabas? ¿Te desvelaste, cierto? —preguntó Theo, mirandome con los ojos entornados y una mirada chispeante. Claro, ahora nadie tenía ni la menor idea de lo que habia sucedido la noche de ayer.

—Mmm, no lo es —me lleve las manos al mentón, fingiendo pensar en una respuesta—, tal vez porque... ¡yo evite que nadie hiciera alguna estupidez en toda la noche, y los lleve a cada uno a sus camas! —increpe.

—¿Es enserio? Bueno, gracias —soltó Thomas con un pedazo de Waffle en su boca.

—Gracias madre, eres la mejor—contestó Theo.

Rodé los ojos y me acerqué hacia la mesa para desayunar. Todo se veía y olía delicioso, habían preparado Waffles con M&m. Tomé asiento y me serví algunos.

—¡Ey! —Thomas me dio un manotazo—. Solo toma dos, esto nos debe durar un día más —dijo regresando algunos de mis waffles hacia al tazón de la mesa. Fruncí el ceño y lo miré, confusa.

—¡Pero si Jesse tiene como seis! —solté indignada señalando su plato con la mirada. Jesse, que estaba a punto de darle un bocado al Waffle, se detuvo.

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