EVADE

Epílogo.

5 años después.

31 de Octubre, Portland, Oregón...

Noche de brujas, 7:30 pm.

Thriller, sonaba de fondo mientras me daba los últimos retoques de maquillaje. Me las habia ingeniado muy bien con nuestros disfraces de Halloween. Este año habíamos decidido disfrazarnos de vampiros.

Bueno, en realidad solo lo habia decidido yo, ya que tenía a un esposo bastante amargado y una hija de tres años con ideas bastantes fantasiosas. Ella quería que nos disfrazáramos de reyes, ella seria la princesita y nuestro perrito Max, sería un pobre bufón medieval.

Adoptamos a Juliette cuando era un bebe de cinco meses. Fue una situación bastante complicada, ya que no podíamos ponernos en riesgo y tener un bebe, sabiendo que ambos teníamos sustancias toxicas en nuestros cuerpos. Y las probabilidades de que mi bebe sobreviviera eran nulas. Esos días la pase muy mal. Nuestro sueño de formar una familia no podía hacerse realidad. No queríamos poner en riesgo mi vida y mucho menos la de nuestro bebe.

Y fue ahí cuando Juliette llegó a nuestras vidas. Nunca creí que podía amar tanto a una personita. Aparte de Jess, claro. Pero ella mejoró completamente nuestras vidas. Fue la mejor decisión que pudimos tomar.

Después de haber escapado de la unidad, nuestra vida cambió por completo. Al principio fue todo un lio poder adaptarnos, pero con el paso del tiempo logramos controlarlo muy bien. En nuestros primeros años de escape, nos mudamos a San Antonio donde comenzamos nuestra vida desde cero. Tuvimos que volver cambiar toda nuestra información personal con la ayuda de Henrik. Ahora éramos la familia Taylor. Decidimos darles un buen enfoque a nuestros estudios universitarios. Si, comenzamos a estudiar por un buen futuro.

 Por las mañanas asistíamos a clases, por las tardes trabajábamos en pequeños locales para obtener dinero. Fui repartidora de pizza, bibliotecaria, mesera e incluso preparaba pastelillos para vendérselos a mis compañeros de universidad. Al igual que Jess, él habia conseguido uno que otro empleo por la ciudad. Así que nuestra vida se trataba de solo eso en los primeros años. Por las noches, organizábamos nuestro dinero y aprovechamos el tiempo a solas para pasar el rato en nuestro pequeño departamento. Al comienzo sí que fue complicado, batallamos mucho con la renta de nuestro hogar y nos amenazaron con botarnos a la calle muchas veces, pero todo siempre tiene un final. Después de la tormenta siempre vienen los días buenos.

Jess estudió administración de empresas y yo, medicina forense.

Después de graduarnos, volvimos a mudarnos, esta vez a Oregón. Gracias al dinero acumulado que habíamos juntado, pudimos comprar nuestra primera casa y adoptamos a un perrito.

Conseguimos buenos empleos, evitamos formar lazos de amistad con nuestros vecinos ni con nuestros compañeros de trabajo, y aunque no teníamos señales de los agentes, habia que tomar estas medidas por cualquier situación.

Por otro lado, estaban Jesse y Morgan. Ellos habían compartido gran parte de su vida junto a Black. Los primeros años, eran solo ellos tres. No tuve señales ni supe de que fue su vida en ese entonces. No obstante, años después, los dos tortolitos decidieron mudarse a una nueva ciudad alejada de todos para comenzar desde cero. Black siguió teniendo la misma vida de antes, usando sus poderes al máximo, disfrutando de la vida y viajando todo el tiempo, y escuche por ahí que supuestamente habia conocido a una chica llamada Abby.

Años después Morgan y Jesse, formaron una familia. Tuvieron un hijo que no fue planeado, pero aun así le dieron todo su amor. Mason no desarrolló solo los poderes de Jesse, si no que muchos más. Era un pequeño que llamaba mucho la atención. Morgan habia batallado un poco con él en el primer año, ya que tenía comportamientos bastante bruscos y extraños. Su sobrenaturalidad era mucho mas peligrosa. Decidieron enfocarse en la seguridad de su hijo, mudándose a un pueblo de Holanda. Desarrolló los poderes climáticos de su padre y gracias a eso, nació con un hermoso cabello blanco, con ojos de un color azul zafiro bastante brillante y las yemas de sus dedos azuladas.