CAPÍTULO 39

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Acompaño a los chicos hasta la entrada de lo que conocemos como club de fútbol. Por suerte, hemos dejado al oso con Silvia.

Incluso me ha dado tiempo a pasar por casa para poder cambiarme de ropa. Eso sí, no hay ni rastro de Caleb por ninguna parte y tampoco parece que me haya buscado porque mi teléfono móvil, el cual estaba en la mesita de noche, está completamente en blanco.

Ni una llamada, ni un mensaje. Nadie.

La ropa con la que voy ahora es bastante diferente a la que suelo llevar, aunque en esta realidad puede que sea lo más normal en mí.

Llevo un pantalón de cuero bastante alto con una camisa bastante sobria de una tela suave y del mismo color combinada con una gabardina larga hasta mis tobillos y unas botas militares negras.

He intentado buscar algo que diese menos miedo, pero todo mi armario se resumía en ese tipo de prendas.

Arion, al verme, incluso se ha llegado a asustar por si me habían absorbido el cerebro.

-Bueno, pues si hemos conseguido que Mark funde el club de fútbol, esto debería seguir igual, ¿no?-pregunto dudosa.-Aunque tu tía me dijo que apenas llegamos a mitad del Fútbol Frontier así que no sé... Tal vez sea una castaña y este repliegue de medios no tenga nada que ver.

-Tranquila, si sucede algo raro llamaré a Wunderbot para saltar en el tiempo otra vez.-nos dice Fey tanto a Sherwind como a mí para tranquilizarnos.

-No soy muy fan de esos saltos...-trago saliva recordando las cosas raras que me han pasado en menos de veinticuatro horas.

-Eh, Arion.-Sky aparece por nuestras espaldas con cara seria.-Que ya ha empezado el entrenamiento.

-El entrenamiento... ¿del club de caligrafía?-pregunta con cierto temor.

-¿Pero qué estás diciendo?-se lleva una mano a la cara como si su amigo fuese bobo.-El de fútbol.

-¡El club de fútbol!-se tira de rodillas al suelo feliz.-Ha vuelto a la normalidad...

-Eh... ¿Quién es esta gente, Arion?-su pregunta le deja helado.

Tanto es así que temo que se ponga azul.

-Normalidad...-pongo los ojos en blanco.-Ale, llamar al puñetero oso. Que Silvia llevaba razón, sigo siendo la comandante de La Royal Academy.

Sky me mira con cierto temor, casi igual que la gente del Raimon cuando mi padre era quien daba las órdenes.

-Niña no me mires así.-le exijo entrecerrando los ojos, dándole bastante miedo.-Oye, igual no. Puedo acostumbrarme a esto. Igual así me harían un poquito de caso cuando les mandase...-caigo en que hace meses que no dirijo ningún entrenamiento.-Bueno, no importa.

-¿Por qué ha venido ella? ¿Qué quiere de nosotros?-le pregunta a su amigo apartándolo de mí.-Dime que no quiere que luchemos contra La Royal... Nos destruirán.

Al menos sé que he seguido manteniendo el nivel del equipo.

-No, al contrario. Vengo a pediros ayuda.-le sonrío intentando parecer simpática y sobre todo buena persona.

Pero creo que consigo lo contrario, porque me mira con más temor aún.

-Mejor vamos para adentro.-canturreo mientras empujo la puerta y escucho una risita contenida de Vlad.-Guapo, no tientes a la suerte... Que aún puedo ser una perra.

Todos vamos en camino a la sala principal, siendo el primero Arion junto a la del pelo negro.

-Arion, llegas tarde.-la voz de Riccardo hace que me tense y mi corazón bombee con cierta fuerza.

Perdida (Inazuma Eleven GO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora