CAPÍTULO 44

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El ruido de los pájaros y de la naturaleza me despiertan. Tengo la espalda dolorida porque estoy tumbada en algún terreno duro, el cual, al tocarlo con las manos, parece tierra.

El olor a humedad y a vegetación me deja bastante claro que me han debido de secuestrar y meter en un bosque.

Abro los ojos de golpe y pego un salto para ponerme de pie asustada. Creo que caigo ya con la pose de lucha, dispuesta a liarme a puñetazos con quien haga falta.

-Tranquila.-un chico que no conozco me habla.-No voy a hacerte nada, y menos después de lo visto en ese campo.

-¿Quién eres y por qué estamos aquí?¿Cómo nos has traído?-los chicos, que ya están despiertos, no parecen demasiado preocupados.-Eh, ¿y vosotros por qué no estáis luchando por vuestras vidas?

-Porque no hace falta.-Víctor se ríe de mi escenita.-Ya le conocemos.

-Soy Tezcat.-el chaval me extiende la mano.-Por lo que he visto, el fútbol vuelve a estar en peligro.

Acepto su mano desconfiada. No es que el chaval parezca un asesino en serie pero, hemos aparecido en mitad de una jungla llena de construcciones aztecas cuando estábamos en un campo de fútbol hace relativamente poco.

-Aquí no ha tenido efecto la prohibición de fútbol.-comenta Riccardo mirando alrededor.

-Cariño, estamos a demasiados kilómetros de casa. Creo que esto ni siquiera es Japón.-estoy preocupada, no sé cómo vamos a volver a la ciudad.

-Aquí estamos muy bien.-siempre que "muy bien" sea vivir en la selva.

-¿Es amigo tuyo, Arion?-Fey tampoco entiende nada de lo que está sucediendo.

-Sí, nos conocimos la última vez que estuvimos en esta isla.

-¿Cómo que ya habéis estado?-pongo los brazos en jarra y les miro como si fuese su madre.-A ver, pipiolines, empezar a largar.

-Empieza a largar tú.-me señala Víctor.-Que te has marcado un espíritu guerrero y ni siquiera estabas jugando.

-¿Qué?-frunzo el ceño.-Lo he visto igual que vosotros, no he podido ser yo. Habrá sido Tezcat.

El muchacho de pelo oscuro niega con la cabeza para luego sonreírme. Parece majo y quiere ayudarnos, aunque sigue siendo un niño que vive en mitad de la nada.

-No he sido yo.-se excusa.-Quería ayudarles y pensaba hacerlo, pero te has ocupado antes de que pudiera moverme. Ha sido espectacular. No he visto un guerrero así nunca.

-De verdad que no sé qué ha pasado...-me froto la frente con los dedos intentando recordar algo.

-Te has preocupado por ellos.-puntualiza el nuevo.-Tanto que tu amor se ha convertido en fuerza.

Pongo cara rara pero me lo termino creyendo. Es cierto que he sentido mi cuerpo vibrar y he canalizado la energía, pero sólo intentaba no tener otra crisis de pánico, no crear un guerrero que ha debido de fulminar al equipo rival.

-Una entrenadora que hace eso puede ser destituida.-Wunderbot se hace hueco entre nosotros.-Desde ahora vuelvo a ser quien los entrena.

-Vaya, un oso.-Tezcat flipa al verle.

-¿A quién llamas oso?-cada vez se enfada más.

Me río porque la situación me supera. Es todo tan increíble que parece que me he dado un golpe en la cabeza y me he quedado tonta.

Es la primera vez que me escuchan reírme de una manera tan sana y amplia. Desde lo de Ray me siento culpable al estar bien o al sentirme contenta, es como si traicionase su luto.

Perdida (Inazuma Eleven GO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora