CAPÍTULO 19

774 67 20
                                    

Camino hacia la puerta del edificio de primaria del Raimon con cierta prisa. Me he quedado hasta el último segundo en el entrenamiento porque quería comprobar si, por poder divino, Aitor decidía hacerme caso.

No ha sido así. Es más, parece que busca que Gaby le odie con todo su ser. No para de hacerle trampas o comentarios afilados sin que los demás sospechen lo más mínimo.

Y por ese motivo, llego tarde a recoger a Ray de la escuela.

Cojo la recta hacia el lugar en el que siempre le vamos a buscar y del cual le digo que no se mueva si tardo más que el resto de madres, casi derrapando, pero en cuanto me acerco un poco freno en seco.

Mis pies se han quedado pegados al camino de baldosas de manera inmediata, obligándome a hacer contrapeso para no irme de cabeza al suelo.

Ahí, frente a mí, tengo una escena que en su día habría pagado por ver, pero que ahora no me hace ninguna gracia.

Axel está acuclillado hablando con Ray, el cual no para de parlotear como el niño pequeño que es.

El corazón comienza a latirme con fuerza y, para cuando quiero darme cuenta, estoy yendo hacia allí hecha una furia incontrolable.

Agarro a Ray del brazo y le aparto de un tirón del rubio.

-¿Qué te he dicho muchas veces?-le riño enfadada.-No se debe hablar con extraños.

-Pero no es un extraño...-me mira con los ojos brillantes y negros que tiene.-Me ha dicho que te conocía, mamá.

-No le mientas.-me pide Axel levantándose y con una sonrisa que me provocan ganas de partirle la cara de un puñetazo.

-No le miento.-escupo poniendo a Ray detrás de mí.-Tú y yo no nos conocemos absolutamente de nada.

-Venga ya.-protesta acercándose. Que le niegue le borra la expresión relajada que tenía.-Déjame hablar con él.

-No.-creo que sueno lo suficiente concisa como para que lo entienda.-Aléjate de mi hijo. No te lo repetiré una vez más.

Se acerca un poco a nosotros volviendo a sonreír. No reconozco a Blaze, no queda nada de él en Axel Zabel.

Por suerte para mí, Víctor se acerca con paso cauteloso. Observando la escena con los ojos achinados, intentando averiguar qué hace el Gran Emperador por las inmediaciones del instituto.

-Hombre, Víctor, ¡cuánto tiempo sin verte!-Axel también lo ha visto.

-No finja que le importo lo más mínimo.-rechina sus dientes.

-Me importas.-le recalca.-Eras un buen Imperial. Uno de los mejores... Una lástima que todo se haya quedado en este equipucho de nada.

Cierro los ojos intentando aguantar las ganas de chillar que me entran. Lo último que me esperaba, era que echase por tierra al que fue su equipo.

-Ya está bien.-hablo con la voz seca.-Víctor, llévate a Ray. Por favor.

Le entrego la pequeña manita de mi hijo, que me mira con miedo y sin comprender que ocurre.

-Vale.-menos mal que Blade es buen chico.-Vamos, Ray, ahora vendrá mamá.

Parece mentira que le cambie tanto la voz cuando le habla a un niño.

El de capa se aleja con mi niño de la mano, apartándole de su verdadero padre biológico de una vez.

-Que lo alejes de mí sólo me confirma lo que ya pienso.-sus ojos oscuros se clavan en los míos como cuchillos.-Iré al grano y sin rodeos. Dime, ¿es mi hijo?

Perdida (Inazuma Eleven GO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora