CAPÍTULO 7

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Son las tres de la madrugada cuando salgo de los apartamentos de Silvia. Es noche cerrada y debería estar durmiendo junto a Ray en el piso superior, pero estoy más despierta que nunca.

Por fin he dado con una pista sobre Víctor. Hace unas semanas descubrí el accidente de su hermano y, tras tiempo buscando, he encontrado una foto de Vladimir.

El parentesco es indudable. Es su hermano.

Aprovechando que estoy despejada, me acerco caminando hasta la ribera del río y, allí, me siento para soltar los cordones de mis zapatillas y poder meter los pies al agua fresca.

El cielo está bastante despejado, por lo que aprovecho para observar las estrellas como siempre me gustó hacer.

Calculo que en Italia serán las ocho y media de la mañana, así que marco el número de Paolo y espero a que su voz suene por la otra línea.

-Deberías estar durmiendo.-es lo primero que me suelta.-¿Qué hora es allí?¿Las dos de la mañana?

-Te confundes. Son las tres y media.-respondo tan tranquila acostumbrada a que me trate como si fuese la cosa más delicada del mundo.-Y sí, puede que lleves razón, pero estoy emocionada. Por fin he encontrado algo.

-¿Tienes el punto flaco del Sector Quinto?-cuestiona asombrado.

-Mucho mejor.-hablo mientras muevo mis pies haciendo que salten gotitas.-Tengo a Víctor Blade a punto de ablandarse como una galleta mojada en leche.

Puedo escucharle ahogar una risotada ante mi comparación.

-Víctor es ese chico que me dijiste que se parecía bastante a Axel, ¿verdad?-hago un sonido de afirmación.-Vaya... Sí que eres eficiente.

Su tono de voz se apaga un poco. Soy plenamente consciente que a Bianchi no le gusta hablar del rubio que una vez fue mi novio, le crea un rechazo increíble.

Al principio pensé que eran celos, a pesar de que el italiano y yo no hemos vuelto a ser pareja desde que lo dejamos hace más de diez años antes de la final del mundial, pero lo que realmente le pasaba era que se ponía enfermo pensando en cómo me había dejado tirada.

-Si Víctor confía en mí, tendremos un gran apoyo en el equipo.-le recuerdo.-Además, se merece jugar libremente. Ese chico, podría ser quien consiga derrotar al Sector Quinto.

-Por favor te lo pido, no hagas ninguna tontería.-la preocupación es notable en su voz.-Esa organización es muy seria. Pueden acabar contigo sin que nos enteremos. Y si eso llega a pasar... Ya te lo dije una vez, eso me mataría en vida... Te quiero demasiado.

-Descuida, no será peor que Zoolan Rice. Tengo un recuerdo bonito de aquello.-una cicatriz que cruza un trozo de mi pecho izquierdo.-Además, yo también te quiero demasiado como para dejarte.

Escucho un suspiro, no sé si de alivio y de más preocupación.

-Ray necesita a su madre.

-Ray necesita a su madre.-repito como un mantra.

(...)

El joven rubio se sentía asfixiado. Había salido corriendo y no había parado hasta llegar a su grande y lujosa mansión.

Seguir a Adrianne no había sido la idea más inteligente que hubiese podido tener. Pese a que no había sospechado ni un sólo segundo que alguien la estaba siguiendo, haber oído aquella conversación le había partido el alma en mil pedazos.

Se quitó la camiseta con furia, tirándola a algún lado de la habitación, y dejando su pecho definido al descubierto.

Necesitaba una ducha fría. Y con urgencia.

Perdida (Inazuma Eleven GO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora