Mientras los chicos están en clase, suelo estar en la sede del club. Siempre que no tenga nada que hacer, prefiero quedarme cerca para no tener que estar haciendo viajes a los apartamentos y molestando a Silvia.
Cuando todo el mundo se va, ella aprovecha para limpiar. Odia que haya gente pululando a su alrededor.
Aprovecho para mirar a quién nos vamos a enfrentar en el próximo partido y pedirle a Willy a ver si puede conseguir información de las bases del Sector Quinto.
Es la fuente más fiable.
Mientras miro concentrada el ordenador, mi teléfono comienza a vibrar. Tengo costumbre de no tenerlo pegado a mí en todo momento, pero esta vez lo tengo en la mesa por si Glass conseguía algo importante.
Descuelgo muerta de curiosidad, pero la voz que suena al otro lado me desilusiona enseguida.
-Tenéis que aceptar a Aitor Cazador en el equipo.
-Oh, pensé que era algo interesante y eres tú.-le suelto fingiendo estar triste.-Por cierto, hola, yo estoy bien. Gracias por preguntar.
-No finjas que ahora eres la persona más educada del planeta.-resopla.-¿Me has oído lo que te he dicho?
-Sí, que aceptemos al niño ese en el equipo.-repito con hastío.-¿Y se puede saber por qué?
-Me lo ha pedido Aquilina.-al escuchar ese nombre, la historia me interesa más.-Viene del orfanato donde estuviste tú. Me ha dicho que es un chaval asombroso, sólo necesita sentirse comprendido y que encaja en algún lado. Eres la persona idónea para ello, y el Raimon también.
Sonrío con el corazón hinchado de amor. Desde que mi antigua entrenadora se quedó con el orfanato que años antes regentaba su padre y en el que yo me crie unos años y donde conocí a Xavier, Bryce o Claude.
No puedo afirmar que fueron buenos años, pero sí que le tengo cierto cariño al lugar. Por ello, siempre que podía le mandaba alguna donación a Aquilina o le preguntaba qué tal estaba.
-Te puedo ver sonreír desde aquí.-se mofa.-Así que me puedo quedar tranquilo. He avisado también a Mark.
-Perfecto.
Cuelgo y vuelvo a sonreír. Esta vez porque siento que por fin voy a poder aportar algo de mí, que no sea físico, a ese orfanato.
El tiempo pasa y los chicos comienzan a llegar. El primero en hacerlo es Riccardo junto a Gaby.
Éste último lleva una cara de cansancio impresionante, parece que hacer un examen le cansa más que dar mil vueltas al campo de fútbol.
-Preguntaría que tal el examen, pero viendo la cara de zombie en descomposición que lleva no sé si hacerlo.-suelto una carcajada.
Di Rigo niega corriendo con la cabeza sin que su amigo le vea, aunque dudo que vea algo más que la taquilla donde está dejando la mochila.
-¿Decía algo entrenadora?-asoma un poco la cabeza y pego mi espalda al respaldo.
Da miedo.
-Que te tomes el café.-sirvo en mí misma taza un poco del brebaje que llevo en un termo.-Te vendrá bien.
Riccardo no puede evitar reírse y sentarse a mi lado aprovechando que hay un hueco libre.
Le miro por un par de segundos a los ojos. Sigue empeñado en que nunca ha sentido nada igual con otra mujer y que tiene derecho a disfrutarlo.
Me contengo de hacerle algún comentario. Mientras no mueva los pies del tiesto no debería preocuparme, sólo de lo estrictamente necesario.
Arion y Jp llegan, contra todo pronóstico, los últimos. Incluso Evans, que es un tardón y siempre hay que esperarle, lleva un rato sentado con todos hablando de la vida.
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Perdida (Inazuma Eleven GO)
Fiksi PenggemarDiez años. Habían pasado diez largos años desde que les había visto ganar el Mundial de Fútbol Frontier. En aquel momento, Adrianne, no era consciente de que aquello depararía en una gran distanciamiento no querido por parte de todos. Después de gra...