CAPÍTULO 6

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Mi paciencia comienza a agotarse cuando Ray vuelve a revolver los cereales sin ganas sin ni siquiera haber probado bocado.

Voy a volver a llegar tarde a mi primer día como entrenadora oficial del Raimon y Ray tarde a sus clases.

Al final seguí el consejo de Paolo, inscribir a Ray en una escuela para mantenerlo ocupado y, además, simular que simplemente habíamos iniciado una nueva vida en la ciudad.

-Venga, venga, no puedes tardar tanto en tomarte unos cereales Ray.-suplico con cansancio tras más de media hora esperando a que mi hijo termine de desayunar.-Mamá no puede llegar tarde y tú tampoco, es el primer día en la nueva escuela.

Le miro de reojo mientras voy fregando los cacharros. Pese a que es el trabajo de Silvia me gusta ayudarla, así no siento que me quedo en los apartamentos al coste más bajo que le he dejado poner.

Si fuera por ella me lo habría dejado gratis, pero me negué. Paolo me iba a pasar dinero todos los meses, y ella también tenía que comer y seguir manteniendo su vida.

-¿Qué sucede?-dejo todo de lado y me acuclillo a su lado.-¿No quieres ir a estudiar al mismo sitio que lo hizo el tío Erick durante una temporada?

-No...-retuerce sus pequeñas manitas.-Quiero estar contigo. Y con papá... ¿Por qué no viene papá?

Suspiro y le doy un beso en la coronilla.

-Papá tiene que estar en Italia porque está jugando la Liga.-le recuerdo.-Pero vendrá en cuanto pueda, ya verás.

Tengo mis serias dudas sobre eso. No creo que le den ningún permiso para venir a ver a su familia a Japón.

-¿Y tú?

-Yo tengo que trabajar.-le contesto sintiéndome mal por pasar tanto tiempo lejos de él.-Mira, el sábado que viene, cuando acabe el partido de los chicos, podemos hacer lo que quieras.

-Vale...-él mismo da por acabado su desayuno y lo lleva hasta la encimera.

A veces me sorprende lo adulto que puede llegar a ser Ray. Apenas tiene seis años y en ocasiones me siento más niña yo que él.

Le sigo y cojo mi chaqueta vaquera junto con su mochila antes de salir de los apartamentos.

El camino es en silencio. Le he intentado comentar cosas de su nuevo colegio, pero está enfadado conmigo y no quiere escucharme, por lo que me ignora olímpicamente.

Le dejo en la puerta del edificio correspondiente junto más niños y alguna que otra profesora que vigila que ninguno se desperdigue por los alrededores.

-¿Le das un beso a mamá?-me agacho y estiro los brazos para abrazarle.

Niega con su pequeña cabecita y se aleja de mí en dirección al grupo de niños pequeños que juegan mientras tira de su mochila.

-¡Haz amigos!-le recuerdo.

Ni me mira, lo que me hace sentirme horrible y replantearme qué demonios hago en Japón intentando luchar contra el Sector Quinto cuando prometí que lo de fútbol se había acabado para siempre.

-Soy una madre horrible...-murmuro para mí misma mientras me pongo de pie.

-No lo creo.-Celia se ha parado a mi lado y ni siquiera me había dado cuenta.-Tiene pintas de quererte un mogollón. O eso dice Jude.

-Por eso mismo soy la madre más nefasta del mundo.-le recuerdo.-Ray quiere pasar tiempo conmigo y yo se lo niego constantemente. Y Paolo tampoco puede venir y encima le he metido en un colegio donde es el nuevo y...

Perdida (Inazuma Eleven GO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora