Riccardo sabía que la marcha precipitada por segunda vez consecutiva de su entrenadora no había sentado bien a sus compañeros, que la habían tachado de irresponsable y casi de traidora.
Jude no había dado detalles, pero el chico sabía que algo grave debía haber pasado para que Adrianne hubiese desaparecido, así como así.
Por eso se debatía entre ir a su casa o desviarse para preguntar, aunque fuese a la tía de Arion, si ella se encontraba bien.
La pequeña historia de amor se había acabado, pero sus sentimientos no disminuían ni un poquito.
Se había quedado en la bifurcación, girando cada dos pasos sin saber si seguir recto o girar a la derecha.
-¿Me explicas por qué uno de los tuyos está bailando en medio de la calle sin coordinación ninguna?-le preguntó Caleb en un susurro a su hermana viendo la escena con ella desde lejos.-O se hace pis o le está dando un ictus.
Adrianne, solo le dio un pequeño golpe en la cabeza como contestación a la broma. Luego, le soltó el brazo y se acercó a él sintiéndose culpable por no haber vuelto al partido después de haber comprobado que todo estaba bien.
-Me alegro de la victoria.-le dijo provocándole un susto.-Vaya... Perdona.
La pequeña risa de la joven sonó como una melodía para los oídos de Riccardo, el cual cogió aire intentando calmar su nervioso corazón y le sonrió.
-Ha sido gracias a ti. El entrenador Sharp nos dijo que tenías todo calculado antes de irte.
-Os debo una disculpa por ausentarme por segunda vez.-agachó la cabeza.-Ya le dije a Travis que iba a ser un horror de entrenadora.
-Qué va. Lo entendemos.-argumentó con la boca pequeña. Era una mentira piadosa, sabía que los chicos no lo tendrían en cuenta al día siguiente.
-No me mientas, Riccardo.-le pidió sonriente.-Sé que algunos se piensan que ayudo al Sector Quinto.
-¿Quién pensaría algo así?-se unió a la conversación Caleb.-Por cierto, chaval, si alguien pregunta... diles que he sido yo quien ha tenido la culpa de que se haya marchado. No todo gira alrededor de traiciones por el poder del fútbol. En la vida, hay más cosas, y problemas mucho más importantes que ese. Créeme.
Le dio una palmadita en el hombro y sonrió de medio lado. Era su manera más habitual de despedirse.
-¿A dónde vas?-su hermana, aún preocupada, arqueó una ceja y se cruzó de brazos.-No puedes quedarte solo.
-Y no lo voy a hacer, tranquila.-negó con la cabeza.-Voy a buscar a Jude. Tengo un asunto pendiente con él que quiero... Resolver.
-¿Qué vas a hacer?-le ponía más nerviosa el plan retorcido que su hermano pudiese llegar a tener en mente.
-Las intimidades no se cuentan delante de menores.-señaló al de rizos, que miraba la situación sin saber cómo actuar.-Aunque igual para ti no es tan menor, ¿eh?
-¡Caleb!-le grito poniéndose roja.
Odiaba cuando su hermano se ponía en plan sarcástico con todo el mundo. Eso sí, le alucinaba la capacidad que tenía el moreno de suplantar problemas y poner buena cara al mundo cuando su interior se hacía trizas.
-Hasta mañana.-levantó una mano en señal de "adiós" mientras se marchaba por la calle que le tocaba.
Dejando a Di Rigo y a Adrianne solos.
Riccardo se arrascó la frente, nervioso, y miró a su entrenadora con sus ojos negros.
-¿Es tú hermano?
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Perdida (Inazuma Eleven GO)
Fiksi PenggemarDiez años. Habían pasado diez largos años desde que les había visto ganar el Mundial de Fútbol Frontier. En aquel momento, Adrianne, no era consciente de que aquello depararía en una gran distanciamiento no querido por parte de todos. Después de gra...