Hablar con Jude me había convencido. Si no hubiese sido por la insistencia de Samford yo ya estaría en un vuelo directo y sin escalas con rumbo a Italia.
En cuanto a Paolo, no le he dicho nada. He preferido mantener la distancia y esperar a que sea él mismo quien no pueda más con la presión de habérselo callado.
Si es que no puede soportarlo, claro. Queda la posibilidad de que jamás abra la boca.
Me acerco al campo de entrenamientos del Raimon mucho más contenta que el día anterior. Pese a que mi vida, ahora mismo, es un sin fin de sin sentidos y un caos, merece la pena por verlos entrenar con esas ganas increíbles que tienen.
Incluido Víctor, que por fin se muestra como es.
Antes de bajar las escaleras de la ladera, puedo ver la mueca triste de Riccardo mientras corre y da órdenes a los chicos.
-¿Se puede saber a qué viene esa cara de languidez?-le pregunto acercándome a su oído.
Es tan alto que necesito ponerme de puntetas, y eso que llevo unos zapatos con un poco de tacón.
-¡Adrianne!-exclama girándose tan rápido que casi da un tras pies.
Su reacción llama la atención de todos, incluidos Mark y Celia. No saben a qué viene tanta alegría al verme aparecer, tarde, además.
-Entrenadora...-carraspea poniéndose rojo como un tomate.
Me aguanto la risa y le muevo un poco hacia un costado para que pueda hablar sin que los demás pongan la oreja.
Por propia experiencia sé que eso, en este equipo, se estila mucho.
-Me alegro que al final te hayas quedado.-susurra no muy alto.-De verdad.
-Dijiste que me necesitabas.-pongo un brazo en forma de jarra.-Además, puede que Samford tuviese razón. Sin mí esto es un desastre.
-Tampoco tanto.-ríe tomándose mi broma bien.-Sólo tenemos a Arion empeñado en mejorar su técnica.
-Te recuerdo que hasta hace dos minutos tenías cara de estar muriéndote.-comento.-Además, que si quieres me voy capitán.
Hago el amago de darme media vuelta y marcharme, pero apenas he girado ya le tengo sosteniéndome la mano.
-No.-sus ojos oscuros parecen más claros a la luz del sol.-No quiero que te vayas. Nunca.
Voy a decirle que no se ilusione de nuevo, igual que hice aquel día durante el descanso del partido contra La Royal, pero Mark nos interrumpe.
-¿Y qué tal si entrenamos, eh, Riccardo?-le señala el campo con una sonrisa.-Y Adri, tú conmigo. Tenemos que hablar sobre el siguiente partido.
Los dos le hacemos caso sin rechistar. Me pregunto sí se habrá dado cuenta de los sentimientos de su jugador, el caso es que no hace ningún apunte sobre el tema.
Si hubiese sido Travis, me habría caído la de Dios es Cristo. No sé hasta qué punto está aceptado fraternizar con los jugadores de un equipo que tú misma codiriges.
Siempre he sido familiar con los chicos, tanto los de La Royal como los de ahora. No creo que tratarles como un ser superior ayude lo más mínimo, es más incluso llego a pensar que puede ser contraproducente.
Durante la siguiente hora hacemos lo que Evans nos ha encargado a cada uno. Los chicos entrenar y yo dedicarme a buscar información sobre Cala Pirata.
-¿Y si voy a buscar a Willy?-le pregunto a Mark.-Vamos a tardar mucho menos y seguro que no nos quedamos bisojos mirando el móvil.
¿Dónde está el portátil de Celia cuando es necesario? Antes iba a todos los lados con él, y ahora con suerte lleva el teléfono encima.
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Perdida (Inazuma Eleven GO)
Fiksi PenggemarDiez años. Habían pasado diez largos años desde que les había visto ganar el Mundial de Fútbol Frontier. En aquel momento, Adrianne, no era consciente de que aquello depararía en una gran distanciamiento no querido por parte de todos. Después de gra...