CAPÍTULO 49

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A la mañana siguiente nos levantamos cuando el sol acaba de salir por el horizonte. La única pega que le encuentro a la casa, sin contar que tenemos que dormir en futones, son las ventanas sin cortinas y plenamente abiertas.

Para las seis de la mañana ya estaba vestida y preparada para encontrar a Nobunaga.

He tenido que esperar un buen rato a los chicos, pero no me ha importado. La calma que se respira es espectacular y pocas veces puedo conseguir notarla en medio de la gran ciudad en la que vivimos.

Hace años que no voy al campo a desconectar.

Mi cabeza puede pensar sin interrupciones. Sólo admiro la belleza de lo verde que son las hojas de los árboles, el leve ruido que hace el aire cuando nos mece, el ruido de algún riachuelo cercano. Podría vivir en un sitio así.

-Deberíamos ponernos en marcha.-Fey me despierta de mi ensoñación.-Aunque si quieres podemos esperar un rato más. Parece que has encontrado la calma que tanto buscabas.

-Sí, y eso es raro.-le doy la razón poniéndome en pie mientras me sacudo el polvo del kimono.-Pero tenemos que volver a la misión.

-Algún día tendrás esta paz.-miro a Fey con ojos interrogativos.-No preguntes. Prefiero no tener que dar explicaciones de momento.

Insistiría porque soy una cotilla y sé que me va a carcomer la cabeza tarde o temprano que ese chico me conozca tan bien cuando es prácticamente imposible, pero lo dejo estar porque hay algo en él que me hace creerle. Sé que las respuestas llegarán en su debido momento.

No tardamos demasiado en echar a andar de nuevo hacia la aldea. De alguna manera nos tendremos que encontrar con Oda. Si nos quedamos ocultos en el bosque, jamás pasará.

-¡Operación: Encontrar a Nobunaga!-Sherwind es el que más activo de todos está.

-No se puede luchar con la tripa vacía.-insiste Nishiki, que se muere de hambre.-Vayamos primero a desayunar, per die.

-Y qué lo digas, yo necesito un café.-estoy dispuesta a pararme en cualquier sitio que me den un té aunque me sepa a pies.-O cualquier cosa que se pueda...

-¡Hola Riccardo!-una chavala interrumpe mi frase mientras viene corriendo hacia nosotros con algo en las manos.

La acompaña uno de los niños que estaban ayer con Arion y JP cuando intentaron secuestrar al pequeño.

-Es Katsu.-nos explica como si nos importase.

-Arion, esta es mi hermana Katsu.-le explica el niño moreno al sobrino de Silvia.

-Entonces, ¿vosotros dos sois hermanos?-señala Di Rigo.

-Es lo que acaba de decir.-apunto sonriendo falsamente.-Sin duda hace falta desayunar, se os ha olvidado cómo se piensa.

-Esto es para ti...-murmura tímida la chica bajando la cabeza y ofreciéndole un bento tapado con un pañuelo de seda natural.

Alzo las cejas y miro la escena con incredulidad. No me puedo creer que haya venido una niña a traerle el desayuno mientras el resto nos morimos de hambre y nos rugen las tripas.

-Que suerte Riccardo.-digo intentando sonar natural.-Te ha traído comida.

-He trabajo mucho.-explica como si nos importase algo que haya tardado en hacerlo.-Es como disculpa por lo que pasó ayer. Sería un honor que lo tomases, Maestro Riccardo.

-¿Le acaba de llamar Maestro?-pregunto mirando a Víctor buscando que alguien me reconforte.

-Caramba, eres muy popular con las chicas.-buscaba apoyo, no que Ryoma me hundiese más.

Perdida (Inazuma Eleven GO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora