•°Sweet Love°• Chaesoo

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-Jisoo-

Por fin habíamos terminado todo el trabajo que Rosé tenía pendiente, y eso me hacía sentir muy bien ya que tuve la oportunidad de ayudarla. Era realmente una cantidad enorme de tareas, y avances de proyectos que tenía que presentar para mañana pero lo logramos terminar y entre las dos todo se hizo mucho más fácil.

Ahora ella se encontraba tomando un baño en su dormitorio mientras yo estaba preparando un plato de fruta para que ambas comiéramos, también había preparado café y había servido dos tazas dejándolo enfriar un poco mientras continuaba. Suspire al ver el reloj que estaba en la pared, ya estaba oscureciendo y tenía que regresar a casa, a pesar de avisarle a mi padre de la visita a Rosé, no le había dicho la hora en que regresaba y eso podia preocuparlo.

—Justo lo que necesitaba—dijo ella entrando a la cocina y esbozando una sonrisa—Una rica taza de café antes de irme a la cama.

Ya estaba con su pijama puesta, una blusa de tirantes de color roja y unos pantalones de yoga de color negro, tenía el cabello alborotado y hacia su costado izquierdo, con gotas de agua cayendo por las puntas aún mojadas.

—Deberías secarte bien las puntas, puedes resfriarte dije mientras acercaba a ella el plato con fruta picada.

—No te preocupes, es una costumbre, me gusta que se seque de forma natural—contestó sacando los cubiertos, ofreciéndome uno—Te parece si comemos en la sala, está más cómodo que aquí, la cocina es muy pequeña.

—Está bien—estuve de acuerdo y ambas nos fuimos hacia;la sala.

Justo cuando nos íbamos a sentar se escuchó un fuerte estruendo, y tuve que tomar el plato con fuerza para que no se me cayera del susto.

—Así que este clima es muy romántico—se burló Rosé mientras se sentaba tranquilamente.

—No me molestes—refunfuñe al ver la sonrisa en su cara, y me senté en el sofá—Creo que es mejor que me vaya. Cuando comience a llover será imposible que lo haga y...

—Por qué no te quedas?—preguntó mirándome—Puedes llamar a tu padre y avisarle, es tarde de todas formas y podemos ver películas y preparar algo de cenar, además, no es por presumir pero soy una experta en la cocina.

—No es por presumir?

—Solo estoy aceptado que soy buena en algo—dijo sonriendo—Te quedarás?—insistió tomando mi mano y acariciando el torso con su dedo pulgar, haciendo pequeños círculos.

—No le molestara a tu amiga? Te recuerdo que ella también vive aquí—dije sonriendo y ella negó.

—No, hoy es lunes así que se queda con su novia, y aunque estuviera estoy segura que no le molestaría. Anda Te quedas? Si?—pregunto haciendo un puchero y dedicándome una mirada tan tierna que sería imposible de resistir así fuera la mujer más fría del mundo.

—Esta bien—conteste y reí cuando ella soltó un gritito de alegría.

—Bien. Te prometo que la vamos a pasar muy bien.

—Ok, entonces deja hablo con mi padre para avisarle y ya regresó. De acuerdo?

—Bien—dijo y se recostó en el sofá empezando a comer mientras me iba.

Poco después comenzó a llover, primero una llovizna ligera, suave, casi inocente, de esas en las que te dan ganas de salir y extender tus brazos mientras miras al cielo, cerrar los ojos y comenzara dar vueltas disfrutando de las gotas cayendo sobre tu rostro. Luego intensificó su fuerza, su agresividad y violencia, volviéndose de forma repentina en una tormenta.