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-Jisoo-

—Sabes que mis padres hacían lo mismo que estamos haciendo?—preguntó mirando la luna.

Ambas nos encontrábamos en el sofá, mi cabeza reposaba en su pecho, mis manos en su cintura y nuestras piernas entrelazadas.

—Tomar vino, comer pizza y acurrucarse?—pregunté.

Rió y besó mi frente.

—Si, y sentarse a mirar las estrellas, yo era muy pequeña, pero aun recuerdo que colocaban una manta en el piso frente a la ventana de la casa y los tres nos acostábamos tranquilamente platicando de todo, me colocaba en medio de ambos y cuando se aburrían, mamá sacaba el libro de poemas favorito de mi padre y comenzaba a leernos hasta que me quedaba dormida.

—Los echas de menos—no era una pregunta sino una afirmación pero aun así respondió.

—Mucho—pase mis manos por sus piernas como muestra de cariño y apoyo—Y también echo de menos a mis abuelos, más en estas fechas se acerca noche buena, navidad, año nuevo, tiempos con la familia.

Me levante para quedar frente a ella y sentarme sobre sus piernas.

—Por eso te invite a pasar todas esas fechas conmigo—dije tomándola de sus mejillas para llevar mis labios a los suyos en un pequeño y corto beso—Sé que nunca será igual mi cariño o compañía al de un padre o abuelo, pero quiero que sepas que estoy aquí, para cuando quieras o necesites a alguien, vale?—deje en claro y ella sonrió—No te voy a dejar sola.

—No lo permitiría—contestó tomándome de la cintura y acercándome a ella—Estas atrapada conmigo Jisoo, te declaro culpable por hacerme tan feliz—dijo y tomándome del cuello con una mano, me jalo a ella para juntar mis labios con los suyos.

Un beso lento pero profundo, lleno de cariño y amor.

—Me leerías uno de los poemas que tu madre les leía a tu papá y a ti?—pregunte cuando nos separamos.

Ella me miro por unos segundos pero sabia que hice lo correcto cuando sus ojitos comenzaron a brillar mucho más y una gran sonrisa apareció en su rostro.

—De verdad? Quieres que te lea? —preguntó emocionada. La miré con ternura y me acerqué a besarla de nuevo.

—Si, lo digo muy enserio, Qué mejor premio para mi que tener al lado una mujer maravillosa que me lea poesía al oído con esa voz ronca y sexy que tiene?

Se sonrojó, pero eso no impidió que la emoción que irradiaba su rostro disminuyera.

—De acuerdo—dijo levantándose del sofá—no me tardo—se acerco a besarme de nuevo y después corrió a su habitación.

Sentí una sensación cálida en el pecho al verla tan feliz y emocionada, y no pude evitar reir mientras la veía partir, serví otro poco de vino y me acomodé mejor en el sillón para cuando ella regresara, minutos después, salió con el libro en las manos y se sentó cerca mío.

—Aquí—dije tomando su mano y nos recostamos en el sillón con las piernas entrelazadas, estando lo más juntas que podíamos.

—Qué poema quieres que te lea?—preguntó ella.

—Hmmm—pensé, pero la verdad no era buena en esto de los poemas y no se me ocurría ninguno—No lo se, Qué poema me dedicarías?

Ella alzó una ceja y se detuvo a pensar por unos segundos—Ya sé—dijo y comenzó a pasar paginas hasta que llegó a la que buscaba. Le ayude a tomar una orilla del libro para que le fuera más cómodo leer y apoye mi cabeza sobre su pecho.

Poema 5

Para que tu me oigas mis palabras
se adelgazan a veces
como las huellas de las gaviotas en las playas.

Comenzó a leer, y cerré los ojos acomodándome mejor sobre ella, dejándome envolver por su voz.

Collar, cascabel ebrio
para tus manos suaves como las uvas.
Y las miro lejanas mis palabras.

Más que mias son tuyas
Van trepando en mi viejo dolor como las yedras.

Ellas trepan así por las paredes húmedas.
Eres tú la culpable de este juego sangriento.

Ellas están huyendo de mi guarida oscura.
Todo lo llenas tú, todo lo llenas.

Alce mi vista para poder mirarla mientras leia, sus labios se movían conforme las palabras pronunciadas iban saliendo de su boca, su ceño estaba ligeramente fruncido en muestra de lo concentrada que estaba en la lectura y un mechón de cabello caía por su frente hacia su mejilla, por reacción involuntaria levante mi mano para quitarlo de su cara, colocándolo detrás de su oreja.

Antes que tú, poblaron la soledad que ocupas,
y están acostumbradas más que tú a mi tristeza.

Ahora quiero que digan lo que quiero decirte

para que tú las oigas como quiero que me oigas.
El viento de la angustia aun las suele arrastrar.

Huracanes de sueños aún a veces las tumban.
Escuchas otras voces en mi voz dolorida.

Se detuvo un momento a mirarme y nos sonreimos acercándonos a besar nuevamente, como parecíamos incapaces de dejarlo de hacer desde que nos besamos la primera vez.

Llanto de viejas bocas, sangre de viejas súplicas
Amame, compañera. No me abandones. Sígueme.

Sigueme, compañera, en esa ola de angustia.

Pero se van tiñendo con tu amor mis palabras.

Estando las dos en este sofá frente a la ventana, con dos copas de vino y la luna acompañándonos desde lo alto, siento que nada es más importante, nada es capaz de igualar este momento, es curioso, porque a pesar de que yo creía firmemente en el amor, y soñaba con encontrar a esa persona ideal nunca pensé sentir tanto como la forma en la que Rosé me hace sentir.

Me pregunto si esto sentiría su padre cada que escuchaba a su madre leerles, me pregunto si era capaz de ver la magia que su esposa proyectaba, así como yo veo la de Rosé, si tendría ese deseo de querer hacerla la mujer más feliz por siempre, si sentiría esas enormes ganas de besarla hasta perder el aliento.

Todo lo ocupas tu, todo lo ocupas

Voy haciendo de todas un collar infinito
para tus blancas manos, suaves como las uvas.

Terminó y ambas nos quedamos en silencio por unos segundos, que lejos de ser incomodos, fueron agradables, no necesitábamos palabras para comunicarnos. Se levanto y alargo el brazo hacia su copa para tomar un poco de vino y se acerco a besarme.

—Qué te pareció?—preguntó mirándome a los ojos, sonreí sin dejar de mirarla y como por arte de magia, las palabras salieron solas de mi boca, expresando lo único que yo queria en ese momento.

—Se mi novia—fueron las palabras que salieron de mi boca, sorprendiéndola como a mi, no podía negar que las estaba pensando en ese momento, pero no contaba con que mi voz las expresara, sin embargo no me deje intimidar, la quería a mi lado, y ahora estaba completamente segura de poder hacerla feliz y poder compartir de mi felicidad con ella.

—Se mi novia—fueron las palabras que salieron de mi boca, sorprendiéndola como a mi, no podía negar que las estaba pensando en ese momento, pero no contaba con que mi voz las expresara, sin embargo no me deje intimidar, la quería a mi lado, y ahor...

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No sé cómo o de dónde sacaron esa foto pero aja :v

•°Sweet Love°• ChaesooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora