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23 de marzo del 2012

-Rosé-

El dia de hoy hace catorce años, mis padres tuvieron un accidente automovilistico quedando a cuidado de mis abuelos, tenía apenas nueve años, cuando mi abuela recibió la llamada del hospital, desgraciadamente cuando llegamos ya era demasiado tarde, mi madre había muerto en el impacto, mi padre minutos después de llegar.

Recuerdo el rostro de mi abuela con la mirada llena de dolor, recuerdo como me miró y sonrió a pesar de su dolor, sus brazos rodeándome y llevándome firmemente a su pecho, sus palabras llenas de cariño y tristeza cuando me explicó porque mis padres nunca volveríana abrir los ojos.

Hasta ese momento nunca había escuchado hablar de la muerte, y sin embargo tuve que escuchar y vivirlo desde ese momento, saber que cuando se pierde a un ser querido es imposible olvidarlo, es un dolor que se Ileva por siempre en el corazón, mis padres habían muerto un día como este hace años atrás y sin embargo su recuerdo permanecia constante en mi, al celebrar algo, al tener una dificultad, al querer hablar con alguien de mis triunfos y problemas, en mi cumpleaños, no importaba la fecha en la que me encontrara, ellos eran constantes en mi mente y no hay nada que duela tanto como extrañar a una persona y saber que no importa lo que hagas, esa persona no regresará a ti, nunca podrás escuchar su voz de nuevo, su calida, mirada, su sonrisa sincera y sus brazos rodeándote protectoramente.

Nunca supe como reaccionar a este día, de pequeña me era más fácil, tenía a mis abuelos, pero ahora, cada que se cumplía la fecha de la muerte de mis padres o abuelos, me sentía terriblemente sola.

Intente distraerme, hacer deberes, salir, platicar con amigos, pero eso no ayudaba en nada, no importa lo que hacía o con quien estaba, seguir sintiéndome sola, desprotegida, la tristeza con el tiempo se fue, sin embargo, aun seguía sintiendo nostalgia. Por lo que preferí pasar este día sola, desconectándome de todos.

Volteé para ver mi reloj. 10:30 a.m, suspiré, había comenzado a llover desde las 4 de la mañana, y volví a mirar por la ventana, por como se veía el cielo, dificilmente podría parar de llover, las gotas de lluvia caían con fuerza sobre el suelo, las nubes grises quitaban cuanquier rastro de alegría del día, no habia personas caminando, ni autos recorriendo las calles.

Sentí el movimiento de la cama y desvié la mirada a Jisoo, sus ojos calidos color marrón consolando a los mios mientras gateaba en la cama para llegar a mí.

—Todo bien?—preguntó envolviéndome entre sus brazos.

Asentí aunque no era cierto y cerré los ojos metiendo mi cara entre su cuello, pegándome lo más posible a ella.

No quería que dijera nada, solo que me dejara sentir su calor mientras me abrazaba con fuerza, y Jisoo parecia saber exactamente lo que queria porque se mantuvo en silencio todo el tiempo, solo acariciando mi cabello y regalándome pequeños besos en la frente y meijilla.

—Quieres un café?—preguntó y asentí aunque realmente no quería nada—De acuerdo.

Sentí la brisa fría apenas sus brazos dejaron de envolverme y el movimiento de la cama cuando se levantó, me estiré jalando la sabana y me recosté de nuevo pensando si era buena idea ir al cementerio.

—Cariño, no hay café ni té, iré a comprar más y de paso traeré el desayuno. Esta bien quedarte mientras voy o me acompañas?

—Ve Darling, yo aquí te espero—contesté regalándole una ligera sonrisa.

Despues de unos minutos y decidiendome por ir a visitar la tumba de mis padres, abrí mi armario para sacar mi chaqueta negra y un paraguas, me até el cabello en una coleta y cambié mis sandalias por unas zapatillas deportivas, cuando mi móvil comenzó a sonar de nuevo y solté un suspiró antes de ver quien era, había recibido llamadas de varios amigos de la facultad, pero la que más sobresalia, como me lo imaginaba era Lisa.

•°Sweet Love°• ChaesooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora