La noche había caído sorpresiva y silenciosa, y todo lo que se podía ver a través de las ventanas cerradas era la oscuridad que reinaba en el exterior, quizás algún punto luminoso ocasional. La cálida luz de la enorme araña de cristal que predominaba en el techo abovedado bañaba el salón e invitaba a sumergirse en las profundas aguas de los sueños; quien sabía, quizás allí estuviera el consuelo tan ansiado y necesitado, la explicación anhelada, la excusa negada. Sin embargo, a pesar de que los párpados pesaban y la vista se nublaba, la marea tormentosa dentro de la mente impedía dejarse llevar por la cálida corriente de la inconciencia. El miedo, la confusión, la furia eran demasiado potentes como para ignorarlos o esconderlos bajo sentimientos huecos y carentes de esencia verdadera.
Las personas en las fotos observaban indiferentes aquella suspensión en el tiempo que inundaba el salón, sin preocuparse o siquiera interesarse por la guerra interna que se sucedía en el más tenebroso silencio. Muchas cosas habían cambiado ese día; pero muchos le tenían miedo al cambio, porque eso significaba afrontar una nueva situación, estar frente a frente con lo desconocido. Y como todo lo desconocido, nunca se sabe que esperar.
Con la cabeza apoyada en mi regazo, Evan lanzó un bostezo que pronto imitamos todos los allí presentes. Las ojeras y los párpados semicerrados se habían convertido en un rasgo característico de cada rostro. El día llegaba a su fin, y todos los acontecimientos sucedidos durante la interminable jornada pesaban sobre nuestros hombros; aunque algunos llevábamos una carga un poco más pesada que otros. ¿Cómo se esperaba que estuviera perfecta luego de enterarme que mi familia me creyó muerta durante siete años? ¿Cómo se esperaba que Quinn estuviera perfecto al enterarse que él también había pasado ese tiempo públicamente muerto? ¿Cómo se esperaba que mis hermanos, sobre todo Rachel por ser la más grande, estuvieran perfectos luego de enterarse que aquella hermana que, en el caso de los niños, solo conocían por fotos estaba viva después de todo? Nadie podía pretender la entereza total en ninguno de nosotros.
Excepto Bastian, claro. Él sólo tenía ojos para la enorme casa de la que me había escapado, de toda la riqueza que había dejado atrás por un estúpido capricho, y todo ese tipo de superficialidades; pero no era capaz de notar el estado de ánimo general que se había adueñado de todos en ese salón. Él siempre había sido incapaz de preocuparse real y profundamente por alguien, incluso por mí aunque quisiera creer lo contrario. No sabía cuánto tiempo más iba a poder continuar pretendiendo que él podría llenar el espacio vacío que dejaría Quinn en mi corazón. Una sola persona tendría la capacidad de hacerlo, pero irónicamente, sería la misma que habría hecho ese agujero negro.
Cuando Evan bostezó nuevamente, admití que había llegado la hora de dormir, a pesar de las obvias pesadillas que vendrían a continuación. Los niños se marcharon cada uno a su respectiva habitación, mientras que Quinn dormiría en la habitación de mis padres, Bastian en la habitación de invitados y yo en la mía propia. Sí, aún mantenían mi habitación; yo tenía una habitación después de todo ese tiempo. Aquel día no paraban de llover las sorpresas.
No sabía cuánto tiempo había pasado desde que nos habíamos ido a dormir, solo sabía que me había memorizado cada elaborada moldura del techo, cada pequeña imperfección de las paredes blanquecinas, cada minúsculo detalle de la habitación. Me sentía realmente agotada, tanto física como emocionalmente; sin embargo, el sueño no quería presentarse. La cama estaba completamente deshecha luego de tantas vueltas incesantes.
Antes de darme cuenta realmente de ello, me había levantado. Mis piernas siguieron las intenciones de mi subconsciente, y yo las seguí sin pensarlo dos veces. Abrí la puerta de la habitación y me quedé allí, observando como las sábanas subían y bajaban al compás de la respiración, la expresión del rostro, los ojos abiertos. Los ojos abiertos.
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Sobrevivir de tu mano
General Fiction"¿Luego de siete años, no había olvidado lo que era sentir? Quinn había cambiado mi vida por segunda vez, la había transformado en algo que quizás valía la pena soportar." Cuando pasas tu vida en las calles, ¿Cómo haces para sobrevivir? Leila ha est...