El invierno había llegado más rápido de lo que los estudiantes hubieran deseado, pero al pequeño grupo de estudio no parecía molestarle, al estar en su tercer año conocían varios conjuros que los ayudaban a mantener el calor de sus cuerpos y, el que se reunieran en la biblioteca constantemente, ayudaba mucho ya que aquél lugar siempre parecía tener la temperatura perfecta.
Fue durante un fin de semana que el grupo se encontraba debatiendo en un salón vacío los planes que tenían para la navidad, Severus planeaba quedarse en Hogwarts al igual que Sybill por lo que el grupo completo acordó permanecer en la escuela para pasar las fiestas.
Semanas antes de las vacaciones de navidad, James Potter interceptó a su hermana, se veía molesto y ella estaba segura de que sus padres le habían informado de su decisión.
- Vendrás conmigo.
Expresó mientras tomaba a su hermana de un brazo, ella podía sentir la fuerza de su agarre pero no le sorprendió en lo absoluto y decidió seguirlo por las buenas para evitar que su incontrolable hermano se metiera en más problemas. James guio a su hermana a un salón que aparentaba estar vacío y la hizo sentarse mientras daba vueltas por la habitación, Canuto fue el primero en entrar mientras mostraba una sonrisa victoriosa en su rostro.
- Desde ahora, si quieres tener un novio, Sirius lo será.
- Jamie, te lo dije miles de veces, no vas a obligarme a salir con él y tampoco eres nadie para darme órdenes.
- ¿Estás segura de eso?
El Gryffindor miró a su amigo, quien salió de aquella habitación para entrar arrastrando a un inconsciente Severus Snape. La Ravenclaw se levantó de golpe mientras trataba de acercarse al Slytherin, pero su hermano se puso frente a ella para detener su paso, levantó su varita y la apuntó al inconsciente mientras miraba a su hermana con determinación antes de comenzar a gritarle.
- ¡Obedéceme!
- ¡Muérete de una vez!
Respondió ella con desdén mientras sacaba su varita para apuntarla hacia su hermano, James no tuvo oportunidad de lanzar un hechizo ya que había salido volando hacia el otro lado de la habitación, el siguiente en ser atacado fue Sirius, quien trató de dejar inconsciente al Slytherin nuevamente al verlo despertar. Jessica se acercó a Severus para ayudarlo a levantarse y juntos salieron a los pasillos antes de que su hermano pudiera recomponerse. James salió detrás de ellos con su varita en la mano, ya no le importaba que los profesores lo vieran, iba a hacer que su hermana entrara en razón por las buenas o por las malas.
- ¡Incendio!
- ¡Protego!
Gritó el Slytherin levantando su varita para evitar que el ataque del Potter hiriera a la chica, ella se abrazó a él mientras miraba a su hermano quien parecía comprender lo que había echo. El Gryffindor quiso hablar, pero se vio interrumpido por la voz de un profesor.
- ¡James Potter, a la oficina del director!
Exclamó Flitwick, quien había presenciado todo. James lo siguió con la mirada baja, arrepentido de haber tratado de herir a su hermana, mientras que su hermana llevaba al Slytherin a la enfermería. La Ravenclaw no pudo evitar hipear con culpa al ver como Severus era puesto en observación por la señora Pomfrey, quien los dejó solos para que pudieran hablar en privado, Jess no dejaba de disculparse mientras sollozaba mientras que su amigo trataba de calmarla.
Snape se molestó un poco ante aquellas palabras ya que sabía muy bien que nada de eso era su culpa, no fue hasta que tomó su mano que ella dejó de disculparse. Sus amigos entraron poco después, molestos y preocupados al verlo tan herido, a excepción de Sybill quien mostraba una amplia sonrisa puesto que ella había advertido a Severus que pronto terminaría en la enfermería.
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El cuervo y la serpiente - Severus Snape
FanfictionAño 1976, Jessica Potter, hermana gemela de James, fue transferida desde Beauxbatons a Hogwarts ya que había sido expulsada de la primera por hacer hechizos prohibidos dentro de los terrenos del colegio. Su hermano, confiado de que sería una Gryffin...