Historias

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Varias semanas habían pasado desde que los prófugos habían llegado a Hogwarts y, una vez demostraron ser de confianza, los alumnos comenzaron a acercarse a ellos. Sirius lideraba el club de duelo junto a su gran amigo Remus Lupin y Jessica se encargaba de dar tours por el bosque prohibido a los estudiantes más avanzados en cuidado de criaturas mágicas para enseñarles como deben tratar a los animales más peligrosos para salir ilesos. Entre los más interesados estaba su sobrino, quien siempre insistía a quedarse después de cada clase.

- Tienes que tener cuidado con él, Harry. A tu padre le encantaba molestarlo y eres realmente parecido a él, puede intentar atacarte.

- ¿Porqué todos hacen ver a mi padre como a una mala persona, tía?

- Porque lo era, sobrino. Mira el lado positivo, se arrepintió de sus errores y se encargó de corregirlos. No importa si una persona es buena o mala, Harry, siempre que se esfuerce en arreglarlo todo.

- Pero hay cosas que no pueden arreglarse, como la muerte.

La castaña negó, sonriendo suavemente al notar la expresión de molestia de su sobrino, sabía que Harry se estaba refiriendo a todas las atrocidades que Voldemort había cometido contra el mundo mágico y, a pesar de que tampoco lo consideraba alguien bueno, no podía reprochar de las opiniones de su sobrino. Tom Sorvolo Ryddle no era una buena persona, pero tampoco lo consideraba alguien malo ya que lo había visto cuidar muy atentamente de quienes eran fieles a él. 

Recordaba a la perfección como había ayudado a Severus cuando la metieron en Azkaban, también como había acogido a los Nott cuando la esposa de Theodore falleció y el ministerio los desalojó. Lord Voldemort podía ser una mala persona, un villano, un asesino, pero era el mejor líder que pudo haber conocido, lo que la hacía pensar que, muy en el fondo, no era tan malo ni tan duro como quería hacerle creer al mundo.

- Las personas no nacen malas, Harry, las personas los vuelven así. Yo odiaba a tu padre ¿Sabes? Siempre fue el preferido de la familia, él si fue deseado a diferencia de mi por lo que siempre tuvo lo mejor y yo sus sobras, él pidió que no me enviaran a Hogwarts después de que peleamos un día por un oso de felpa. Mis padres lo enviaron aquí, y yo fui enviada a Beauxbatons, cada navidad James los visitaba, pero ellos a mi nunca me enviaron ni una carta. Luego me expulsaron y no les quedó de otra que enviarme aquí. En Hogwarts conocí a Severus, él me entendía, me quería, tu padre vio eso y decidió hacerle la vida imposible por ello. A mis ojos, tu padre siempre fue un villano, pero no fue su culpa, así se lo enseñaron.

- ¿Crees que él haya vivido algo similar?

- Oh, créeme, su historia es mucho peor que la mía. Yo creo que, de no haber tenido contención, Severus habría seguido su camino.

- ¡Pero tío Severus no es una mala persona! Es decir, si, siempre está serio y parece que va a lanzarte alguna maldición imperdonable si lo haces enojar pero, no es una mala persona.

- No es una mala persona porque tuvo a sus amigos allí para apoyarlo, para escucharlo y llevarlo por el camino correcto. Quien-tu-sabes no.

El castaño abrió sus ojos con sorpresa, no había considerado esa posibilidad y ahora miles de pensamientos recorrían su mente por lo que observó a su tía con intriga, esperando que continuara con aquella historia que nunca pudo conocer.

- Él fue criado en un orfanato muggle, allí fue torturado por sus cuidadores, quienes temían de él por ser diferente a los demás niños. Su madre fue Merope Gaunt, una gran pocionista, ella usó Amortentia para concebir a su hijo con un muggle, Tom Ryddle Sr. Cuando quién-tu-sabes nació, su madre cayó enferma y no le fue posible seguir administrando la Amortentia a su esposo, por lo que él la dejó. Con sus últimas fuerzas, Merope intentó salvar a su hijo dejándolo en un lugar seguro ya que su familia lo mataría por no ser un sangre pura si lo encontraran, falleció al día siguiente de dejarlo en aquel orfanato. El señor tenebroso odia a los muggles por cada herida que ellos le abrieron solo por ser diferente cuando era apenas un niño.

El cuervo y la serpiente - Severus SnapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora