Los nuevos maestros

Aventuras que nadie espera tener

El pasó de los días, semanas y meses llevaron a que la convivencia resultará mucho más agradable entre todos los docentes; aun recordaban esos primeros encontronazos o malentendidos al pensar que aquellos jóvenes habían preferido no "juntarse" con ellos.

La sorpresa más grande se la había llevado la directora ya que una noche decidida a encontrar a su profesora dorada entraba a su habitación, pero no había rastros de ella ni de su peculiar novio; ya eran pasadas la media noche cuando decidió continuar con sus rondas.

Un sonido dentro de la biblioteca la hizo fruncir el ceño y tomando fuertemente su varita prosiguió a adentrarse lo más sigilosa posible, pasando entre medio de los amplios pasillos volvió a escuchar algo, pero rápidamente negó ya que no podía creer que sea lo que sus oídos recibían. Otro gemido, pero esta vez de dos personas; apresuro su paso y giro bruscamente al pasillo de donde provenían esos sonidos, apuntando su varita con un potente lumus cegó prácticamente a esos dos que se encontraban tan acalorados y desprolijos que ella no pudo más que ahogar un grito al verlos.

La camisa de ella abierta casi en su totalidad dejando ver el sostén blanco de encaje fino, su pollera subida mientras su pierna derecha era sostenida y elevada por la mano izquierda del joven que tenía fuertemente su agarre como su rostro enterrado entre medio del pecho de la joven que respiraba agitadamente mientras al verse descubierta soltó el cabello de su novio para esconder sus manos sobre su rostro maldiciendo por lo bajo.

El espanto en el rostro de la directora fue mayor notar como el pantalón flojo del joven le daba una idea de que parte de su anatomía estaba por fuera de los mismos, la camisa completamente abierta y con claras marcas rojas de las uñas que habían hecho paso por esa zona. Lo escucho gruñir cuando intento acomodarse entre el cuerpo de la joven y esta lo golpeo y escondió su rostro en el hueco de su cuello tratando de no soltar ningún otro sonido.

_ ¿Se puede saber que están haciendo?- Minerva pudo hilar palabra.

_Creo que es obvio- La respuesta de él mientras trataba de girar su cuerpo para mirarla y sintió a su novia tensarse.

_Con un demonio.... Podrías quedarte quieto.... Merlín- El suspiro de su novia lo hizo sonreír para volverse a la directora.

_Acabas de interrumpir algo.... Por si no lo notas.... Y salvo que quieras seguir mirando te recomiendo que al menos te gires- Luego de eso miro a su novia para estamparle un muy ardiente beso al que ella respondió pero rápidamente aclaró sus ideas y se separó de él.

_Lo siento.... Podrías esperar afuera por favor- Al ver como Minerva seguía petrificada en su lugar se aclaró la garganta- Por favor Minerva.... Podrías aguardarnos afuera por favor- Los ojos suplicantes de la joven la hizo fruncir los labios para girarse rápidamente y dirigirse a la salida mientras cerraba la puerta.

Fue el momento que Draco intento volver al punto donde estaban y ella lo detuvo, prácticamente ahogando un gemido al sentirse vacía al momento que su novio salió de ella y la miraba con el ceño fruncido, su erección brillaba en la penumbra debido a los fluidos de ambos mientras elevaba sus abrazos a sus lados a modo interrogativo viendo como su novia se acomodaba la ropa, tratando de pasar la vergüenza que sentía en ese momento.

_ ¿Se puede saber qué es lo que sucede?

_En serio me preguntas- Hermione frunció el ceño y ya se la notaba molesta- Sin contar que hace semanas no podemos tener un solo momento, estoy condenadamente estresada y ahora nos descubren cual adolescentes calenturiento.

_No es mi culpa que interrumpa por segundo.... Y todo buscándote a ti, te pedí que lo hablaras que le pidas un tiempo y no me haces caso Hermione.... Tú no eres la única frustrada en este tema ni la única cansada.... Yo también me estoy cansando.