Uno entre muchos

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Quien hubiese pensado que ese último día de clases sería tan particular, la profesora dorada como siempre los deleitaba con algún invento muggle; lo que la directora nunca pensó fue que casi muere del corazón al ver a su joven docente sobre una moto que era incluso más grande que ella.

En uno de los lados estaba la ya conocida Yamaha R1 que brillaba como si fuese nueva, un auto deportivo del otro lado y Hermione sosteniendo una moto con ruedas más grandes de lo que podían imaginarse, de un salto subió mientras la encendía y salía a toda velocidad derrapando por los terrenos del colegio. Solo dio una vuelta para volver y encontrarse con la directora que tenía la mandíbula desencajada y su rostro completamente rojo.

_ ¿Pero qué demonios haces en esa cosa HERMIONE?- La castaña hizo una mueca y sus alumnos rieron por lo bajo pero fue suficiente para hacer volver en si a la directora.

_Se los dije.... Si ella veía algo se alteraría como nunca- Le regalo una inocente sonrisa para luego girar encarando a sus alumnos e ignorarla por completo- Como les dije, motocross es conocido como uno de los deportes de alto riesgo.... Por obvias razones ninguno de ustedes lo intentará y mucho menos subirán a la R1.... Esa es mía de uso personal y ni en sus mejores sueños podrán usarla, a menos que tengan la propia- Varios reclamos y bufidos por parte de los jóvenes- Yaa... yaaa.... Dejen de ser quejosos, les advertí que era solo para mirar; ahora a lo que vinimos, clases rápidas de manejo.... Tendrán el inicial, el manual de reglas viales y para aquel que desee sacar un permiso de conducir en el mundo muggle serán solo conocimientos básicos; siempre se necesita práctica.

_Yo me subiré- La directora tenía una sonrisa brillante y Hermione la miro con horror- Nunca lo hice y tienes un auto hermoso.

_Bien, como punto importante.... Este auto es de Harry y siii.... Tiene seguro, ahora si Merlín me acompaña no moriré mientras la directora revive su etapa de rebeldía- Las carcajadas de los estudiantes la hicieron fruncir el ceño y un leve puchero se le había instalado involuntariamente.

_Olvídalo.... No dije nada- Se giró sobre sus talones pero al mismo tiempo sintió unas manos alrededor de su cuerpo que la sujetaban.

_No me abandones con un montón de mocosos hormonales- Hermione le hacía puchero mientras se apoyaba en su hombro, le vio apenas una mueca de una sonrisa y la arrastro hasta el auto.


Se colocaron el cinturón de seguridad y rápidamente le dio las indicaciones para el encendido y como colocar los primeros cambio para avanzar con el vehículo; dieron dos golpeteos antes de que pudieran avanzar, casi, correctamente. Iban lento y cada tanto Hermione la ayudaba a sostener el volante, dieron un giro y volvieron hasta donde estaban sus alumnos que dudaban por un instante en irse o quedarse en el lugar con miedo a que la directora los atropellara.


Frenaron casi de golpe dándoles un tirón fuerte hacia adelante y tocando la bocina por accidente, la cara de disculpa de la directora iba acompañada de una de terror por parte de la profesora dorada que hiperventilaba casi al mismo tiempo que sostenía su cabeza acomodando su cabello. Tardo solo unos minutos en recomponerse para girar y mirarla con el ceño fruncido, solo le hablo en un susurro para que ella sola escuche, ya que sus alumnos hablaban y tomaban notas de diferentes partes del vehículo.

_Te dije despacio.... ¿Qué parte no se entendió?- Las palabras salían entre dientes y comenzó a pestañar seguidamente para tomar aire profundo y soltarlo lentamente.

_Lo siento.... Pero no fui tan mal, ¿cierto?- Hermione no quería herir sus sentimientos en decirle que jamás le daría un auto, pero definitivamente hablarían de eso en otro momento.

Los nuevos maestrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora