— Paso a por ti en unos minutos. — me dice Pablo antes de cortar la llamada.
Aunque ya estamos en las vacaciones de Navidad aún me quedan unos adornos que colocar en el árbol.
— ¿Vamos precioso? — cojo a Toby de la correa y salgo con él del piso.
Bajo con Toby al portal y Pablo ya nos está esperando en su coche.
— Hola Toby — lo saluda cuando sube al asiento trasero.
Cierro la puerta de Toby y me subo en el lado del copiloto.
— Hola — le doy un beso en la mejilla.
— ¿Lista para comprar algún adorno más?
Arranca el coche.
— Sí.
— Pues vamos a allá.
Pablo conduce hasta el centro de la cuidad donde se organiza una feria navideña.
— Vamos Toby. — lo bajo del coche.
Pablo, Toby y yo empezamos a caminar por la feria mirando todo lo que hay.
— ¿Dónde está Héctor? — le pregunto.
— ¿Ves aquel puesto de la esquina? — me señala un punto y asiento. — Pues ahí. Es un puesto de adornos.
— Pues vamos allí. Voy a avisar a Lucía y a Martín de que vamos allí porque supuestamente venían ahora.
— Vale.
Vamos al puesto en el que está trabajando Héctor y hablamos con él ya que apenas pasan personas por él debido a que está por el final.
— ¡Mirad a quien traigo! — escucho la voz de Lucía a mis espaldas y me giro.
Lucía viene con Martín caminando y con su sobrina en brazos.
Le doy la correa de Toby a Pablo.
— Hola cariño. — le digo a la bebé. — ¿Puedo? — le digo a Lucía y me la entrega. — Nunca estaré cansada de repetirte que tu hermana es preciosa y su hija es clavada a ella.
— Ya, sacó todo de ella, con ese cabello y ojitos oscuros. — dice sonriendo.
— ¿Cómo estás bonita? — le digo aunque no me entiende ya que apenas tiene cuatro meses.
— Voy un momento a aquel puesto. ¿Os quedáis con ella? — dice Lucía.
— Claro, vete. — le digo colocándome al lado de Martín, enfrente de Pablo y Héctor.
— Te ves hermosa. — me dice Héctor con una sonrisa.
Pablo lo mira de reojo.
— Gracias. — le sonrío francamente.
— El brillo de tus ojos es genial, hubieras sido perfecta. — me dice Pablo.
Martín me rodea los hombros con su brazo y me acaricia el brazo.
— Duele pero ya no me dan ganas de echarme a llorar cada que me lo recordáis o veo un bebé. — les confieso.
— Eso está bien. — dice Martín.
Le doy a la bebé a Martín y me giro hacia él para seguir hablando con la bebé.
Vuelvo a coger la correa de Toby.
— Eres guapísima igual que tú mamá. — le acaricio un moflete y le doy un beso en la cabeza.
La bebé me mira y sonríe.
ESTÁS LEYENDO
El vecino de los tatuajes
Romance"Las cosas no siempre salen como planeamos y eso puede ser bueno, a veces." Iria Rodríguez es una chica que sale de fiesta a escondidas para no arruinar la "perfecta" reputación de sus padres. Su madre siempre quiso controlar todo lo que hacía pero...