Capítulo 14

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Las vacaciones de verano ya terminaron y es una porquería porque tengo que empezar la universidad.

Jorge y yo pasamos todo el verano con Rosa, Pablo y Héctor.

Hoy es el primer día de universidad y Jorge me lleva en su moto.

— Gracias — me bajo y le doy un beso.

— Cuando venga a buscarte te llevaré a un sitio.

Mi primer día en la universidad fue bastante bien. Pablo comparte todas las clases conmigo ya que estamos haciendo el mismo grado.

Salgo con Pablo de la universidad y Jorge está en su moto. Me despido de Pablo y me subo a la moto de Jorge.

Arranca y empieza a conducir.

— ¿A dónde vamos? — pregunto con curiosidad.

— A un sitio que te va a gustar.

Jorge sigue conduciendo y aparca delante de un salón de tatuajes.

— ¿Porqué estamos aquí?

— Por dos motivos; el primero es que voy a trabajar aquí a partir de hoy, y segundo es que te voy a hacer el tatuaje que quieres. Sí estás lista claro. —  dice sonriendo.

— ¿Estás de broma? Claro que sí. — digo emocionada.

Entramos al estudio de tatuajes. Saluda a un chico y luego me lleva a una habitación donde se hacen los tatuajes.

— Mira, este es un diseño créé. — me pasa una hoja y la miro fascinada.

El dibujo tiene un fuego artificial verde y en el centro, de negro, la silueta de un pájaro.

— Si no te gusta puedes... — lo callo con un beso para que no siga diciendo tonterías.

— Es genial, me encanta.

— Pues vamos allá.

•••

— Listo. — tapa el tatuaje. — Vístete, pero no te coloques la braga. Hay que evitar cualquier tela que apriete el tatuaje. — le hago caso con la zona algo adolorida.

— Me gusta mucho, pero también dolió. — digo dándole un último vistazo al lado de mi cadera dónde está el tatuaje.

— Al llegar al piso, cuando ya te pueda quitar el vendaje transparente te voy a hacer las curas.

— Vale. — salimos de la clínica y vamos al piso en la moto.

Al abrir la puerta del piso Toby corre a junto nosotros.

— Hola, Toby — le acaricio la cabeza sin agacharme porque me duele un poco el tatuaje.

— ¿Quieres ver algo en la tele para hacer tiempo? — me pregunta Jorge dándome un beso en la coronilla.

— Vale. ¿Puedo poner la saga de Crepúsculo? — lo miro a los ojos

— Lo que tú quieras, Iria. — sus ojos grises me miran intensamente.

— Pues vamos. — le agarro la mano y lo llevo conmigo hasta el sofá.

— Cuidado. — dice cuando me tiro al sofá.

— El tatuaje está en el otro lado.

— Ya pero te puede doler igual. — responde algo preocupado.

Pongo la primera película y acomodo la cabeza contra su pecho para poder estar más cómoda.

En mitad de la película Jorge se levanta y vuelve con dos sándwiches y unas patatas fritas de bolsa.

— No comiste nada así que come por lo menos un sándwich y también algunas patatas. — le doy un beso en la mejilla y le hago caso.

— Tú como el otro. — se lo doy porque tampoco vi que comiera nada.

Seguimos viendo la película y al terminar la tercera película Jorge no me deja seguir viendo más porque dice que me va a quitar el protector del tatuaje y hacerme las curas.

Jorge se mete conmigo en el baño y espera a que me desvista.

— Jorge, cuidado. — le digo cuando se pone rodillas en el suelo para poder sacarme el protector del tatuaje.

— Se cómo se hace. — dice como si no fuera obvio y me vuelvo a fijar en sus tatuajes.

Observo cómo va sacando poco a poco el film que protege el tatuaje.

— Listo. — termina de sacarlo y me fijo en el tatuaje.

— Está genial, me encanta.

Jorge me mira a los ojos desde abajo y veo que se mueve un poco acercándose a mi intimidad.

— Quieto. — intento que se levante pero termino ganándome un lametón en el clítoris que me hace cerrar los ojos y echar la cabeza para atrás.

Jorge se levanta y me agarra de la barbilla.

— A ducharse preciosa. Hoy tienes la suerte de que te ducharé yo.

No me niego. Dejo que me meta en la ducha y abra la alcachofa, que suelta varios chorros de agua tibia.

Jorge empieza a enjabonarme el cuerpo con un jabón neutro y pasa muy lentamente por el tatuaje.

Me vuelve a poner bajo el agua y cuando el jabón se va por completo apaga el agua y me envuelve en una toalla.

— Hay que evitar el agua a presión en la zona del tatuaje. — me dice mientras me seca el cuerpo con cuidado.

— Lo sé, ya tengo uno.

— Pues ahora tienes dos.

Me hace las curas en el tatuaje.

— ¿Qué te parece si duermes hoy así? — dice refiriéndose a mi desnudez.

— No me parece mala idea, pero para seguir viendo las películas prefiero ponerme una camiseta, no quiero que el perro me vea.

— Pues entonces vemos aquí las siguientes películas. — va dejando besos húmedos por mi cuello.

— ¿Seguimos hablando de ver las películas? — le pregunto ya algo acalorada.

— No — se saca la camiseta.

Paso mis manos por sus tatuajes hasta llegar a su pantalón.

— ¿Hacemos algo de ejercicio? — pregunta con una sonrisa pícara.

— Claro, pero ten cuidado.

— Yo siempre tengo cuidado contigo. — estampa sus labios contra los míos.

•••

— Paso luego a buscarte — Jorge se despide mientras entro a la universidad.

Ya van varios días desde que empezó la universidad y según él me va a llevar y a buscar todos los días.

Lo que más me gusta de todo es que comparto todas las clases con Pablo. Héctor, también está en nuestra universidad pero no tenemos ninguna clase en común. Después de la universidad, tras comer y prepararme voy al bar. Para intentar compaginar los estudios con el trabajo, Pablo y yo intentamos acabar lo más antes posible en el bar para poder hacer los deberes y repasar algo.

Rosa viene todas los días a junto nosotros y para que Toby no se quede solo en el piso ella lo cuida. A Rosa le encanta Toby, es otro más del grupo.

De momento todo va bien, espero que esto dure bastante.

El vecino de los tatuajes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora