Epílogo

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Cinco años más tarde...

Hoy es el cumpleaños de Clara, mi hija.

Al final, estuve embaraza de una niña y hoy es su cumple número cuatro.

Clara si que se parece bastante a mí. De Jorge solo tiene el pelo negro, el resto lo sacó de mi; tiene mis mismos ojos color miel, que resaltan por su cabello oscuro. Es una monada.

Álvaro ya tiene cinco años. Natalia, la hija de Lucía y Martín, cumple los cinco en tres meses, en Diciembre.

Natalia es la combinación perfecta entre Lucía y Martín. Se parece a ambos. Tiene el cabello rubio con destellos pelirrojos y sus ojos son una mezcla de azul y verde, los colores de sus padres. También tiene algunas pecas como Martín.

¿Recordáis que Pablo y Héctor iban a adoptar? Bueno, pues finalmente, fue un niño. Su nombre es Sergio. Es de la edad de Clara pero solo lleva dos años con nosotros. Tiene el cabello y los ojos marrones, así que tampoco es tan distinto de Pablo y Héctor.

La pequeña fiesta es privada, ya que solo están mis amigos con sus hijos y algunos familiares. Estamos en la mansión de los padres de Jorge.

Nuestros hijos se llevan genial. Me encanta verlos a todos juntos jugando.

Y ahora tengo una pregunta.

¿Es raro shippear a tus hijos con los de tus mejores amigos? Porqué si es que sí, entonces no es normal lo que hago.

No lo hago apropósito, simplemente los veo y mi cabeza crea una historia muy bonita de cada uno.

¿Queréis saber cómo los shippeo? Pues shippeo a Álvaro con Natalia y a Clara con Sergio.

Puede que todavía sean pequeños, pero como cuando sean más mayores me diga alguno que están juntos, me pongo a chillar de la alegría.

Obviamente, nadie sabe de mis emparejamientos, sino me matarían.

Sí llego a tener razón, me doy declarar adivina o algo por el estilo.

Sonrío al volver a imaginarlos como parejas.

- ¿Porque sonríes? - pregunta la voz de Jorge en mi oído.

- Por nada. - me giro para tenerlo de frente.

- Están creciendo, son como pequeños diablillos. - sonríe de lado.

- Que disfruten, son niños. - me encojo de hombros. - Ya se quejarán cuando crezcan.

- Tienes razón. Aunque yo no tengo ninguna queja de mi vida ahora mismo. - dice antes de besarme dulcemente.

Le sigo el beso, pero me separo cuando me agarran la pierna.

Miro hacia abajo y veo a Álvaro agarrado a mi pierna.

- Eehh - dice con el ceño y los labios fruncidos.

- ¿Qué pasó cariño? - me agacho a su altura.

- No quiero que papi te de un beso.

Sonrío y miro a Jorge conteniendo la risa. Por la contra él mira a Álvaro divertido.

- ¿Porqué quieres que bese a tu madre? - le pregunta agachándose a mi lado.

- Porque es mi mami y no quiero que le des besos conmigo delante. Es... - se queda pensando. - Puaj. - dice finalmente echando la lengua fuera.

Suelto una carcajada y cojo a Álvaro en brazo mientras me pongo de pie.

- ¿Quieres tú los besos y abrazos de mami?

- Si. - dice con mimos.

Le doy varios besos en la mejilla antes de volver a dejarlo en el suelo.

- Ve a mirar que hace tu hermana y juega con ella. - asiente y de marcha corriendo.

Agarro la mano de Jorge y vamos a dónde están: Pablo, Héctor, Rosa, Lucía y Martín.

- Son como pequeñas máquinas de energía. - dice Héctor sonriendo.

Miro a nuestros cuatro hijos jugando juntos y riéndose.

Sonrío.

- Parecen felices todos juntos. - dice Martín.

- Lo son. - susurro y solo Jorge me escucha. - Y yo también. - lo miro de reojo y me abraza por detrás apoyando su barbilla en mi cabeza.

Realmente soy feliz. Tengo mucho más de lo que podría haber podido imaginar.

Tengo el trabajo de mis sueños junto con mi mejor amigo.

Tengo dos hijos maravillosos con la persona a la que amo desde prácticamente el día que lo conocí.

Tengo una relación increíble con mis padres. Me constó conseguirla pero lo importante es que después de todo este tiempo finalmente la tengo.

Mi vida es genial.

Conocí a Rosa y siempre se mantuvo a mi lado, a pesar de que al principio tal solo era una desconocida.

Mi grupo de amigos es pequeño, pero genial. En él solo están los mejores. Los cuatro son mis mejores amigos.

Estás cuatro personas junto con Rosa son de lo mejor que me ha pasado en la vida. No son solo mis amigos, son mi familia.

Mis hijos están creciendo y procuro darles todo lo que necesitan.

Toby adora a Álvaro y a Clara, también a Sergio y Natalia.

Hubo momentos difíciles, altibajos en los que sufrí muchísimo, pero si para poder volar hay que caer, yo estoy orgullosa de todas mis caídas y de mis vuelos.

Yo no busqué nada de lo que tengo ahora. Ni si quiera lo planeé.

No planeé tener unos amigos increíbles, tanto que los considero mi familia.

Tampoco planeé quedarme embaraza por primera vez. Pero lo acepté y me enfrenté a la perdida de mi bebé. Mi maravillosa Alexa. El angelito que nos cuida a todos.

Y mucho menos planeé enarmorárme de Jorge. Mi vecino. El vecino de los tatuajes.

Ni tampoco tener un hijo y una hija maravillosos a los que observo crecer cada día y seguiré viendo crecer, para estar a su lado en sus victorias y en sus derrotas, a cada momento que me necesiten demostrándoles mi apoyo y mi cariño.

No planeé tener nada de lo que tengo ahora, porque lo mejor es lo que viene por el camino.

En el camino habrá de todo. Habrá; baches, momentos geniales, momentos donde desearías no estar, habrá monstruos, ángeles y demonios. Pero lo más importante es superar cada una de las cosas que ocurren y estar listos para recibir cosas buenas.

Porque como dije al principio de la historia:

Las cosas no siempre salen como planeamos y eso puede ser bueno, a veces.


Nota de la autora:

Sí llegaron hasta aquí, les digo, gracias. Gracias por leerme y por el apoyo. Espero que tanto la historia como sus personajes les haya gustado.

Gracias por todo, nos vemos pronto💜

El vecino de los tatuajes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora