- Estoy aquí, mamá - abro la puerta de mi habitación. - ¿Qué pasó? - le digo cuando entra y se sienta en mi cama.
- Van a venir Óscar y sus padres a cenar - ruego los ojos. - Vas a venir, me oyes? - se levanta elevando la voz.
- No.
Desde hace un par de años me quiere emparejar con Óscar porque es el hijo de unos amigos de mi padre.
- Si que vas a venir - me agarra del brazo.
- No, mamá. Tengo mejores planes que fingir una vida perfecta. - me mira con rabia. - De hecho, me voy ya, así no molesto en vuestra perfección - me libero de su agarre y camino hacia la puerta principal.
- Algún día necesitarás todo lo que yo intento darte - dice cuando alcanzo mi bolso.
- Yo no quiero una vida perfecta - me giro hacia ella. - ,simplemente porque no existe. Yo quiero una vida perfecta, quiero una vida real, donde pueda disfrutar de los momentos totalmente imperfectos.
Salgo del piso y me voy al ascensor.
Mientras bajo cojo mi móvil para buscar un piso cerca de la universidad donde voy a estudiar para ser veterinaria.
Estudiar para ser veterinaria o para ser abogada, pueden ser carreras en las que tengas que estudiar diferentes cosas, pero yo esto lo tengo planeado desde hace mucho y escogí ciencias. Ella me podrá controlar pero hasta ahora no sabe que estudié ciencias.
Encuentro un piso que me gusta. Es grande como para vivir dos personas y está cerca de la universidad así que llamo al dueño para ver si puedo ir justo ahora.
Tengo suerte y justo acababa de terminar con otra visita, sin mucho éxito. Le aviso que estoy de camino y miro cuanto tiempo me lleva llegar allí caminando.
Una hora. - Mierda - murmuro.
- ¿Algún problema, preciosa?- dicen detrás de mí.
Me giro y veo a Jorge.
- ¿Tú no tendrás algún vehículo por casualidad, no?
Frunce el ceño.
- ¿Para que quieres un vehículo?
- Tengo que ir a mirar una cosa. - enarca una ceja para que especifique. - Un piso.
- En ese caso, te llevo yo si quieres.
- ¿En qué?
- En moto.
- Vale.- digo algo nerviosa.
Me guía fuera del edificio y se sube a una moto negra aparcada en la calle.
Me pasa un casco y luego él se pone otro. Me indica cómo subirme y le hago caso.
Cuando empieza a conducir me agarró muy fuerte a su cintura.
- ¿Tienes miedo? - pregunta por el micrófono que hay en los cascos con un tono burlón.
- Nunca me subí a una moto - me defiendo.
- No te preocupes, mientras estés conmigo no te pasará nada, no dejaré que te caigas.
No respondo nada simplemente me pego a él.
Minutos después llegamos al edificio dónde está el piso que voy a ver.
Bajo de la moto y le entrego el casco a Jorge. Jorge se saca el casco, se baja de la moto. Guarda los cascos y se gira hacia mi.
- ¿Dónde es el piso? - me observa con tranquilidad.
- ¿Vas a venir? - pregunto extrañada.
- ¿No me ves? - se cruza de brazos.
- Vale, vale - lo agarro del brazo y empiezo a tirar de él.
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El vecino de los tatuajes
Romance"Las cosas no siempre salen como planeamos y eso puede ser bueno, a veces." Iria Rodríguez es una chica que sale de fiesta a escondidas para no arruinar la "perfecta" reputación de sus padres. Su madre siempre quiso controlar todo lo que hacía pero...