Capítulo 24

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Tengo cinco meses de embarazo. Jorge y yo acabamos de salir de la consulta y quedamos con nuestros amigos para hablar.

— Ya pasaste las semanas que más miedo te daban. — me dice Pablo. — Ya tienes cinco meses de embarazo.

— Lo sé. — le digo sonriendo.

— ¿Es niño o niña? — pregunta Lucía. — Es que no nos lo quieres decir. Dilo ahora, porfa.

Miro a Jorge y asiente agarrándome la mano.

— Es que me gusta verlos sufrir.— suelto una pequeña risa y me sonríe.

— Díselo, están bastante emocionados. Ya los estuviste haciendo esperar algo de tiempo, ¿no crees?

— Puede ser. — miro a mis dos mejores amigos y a sus parejas. — ¿Queréis saberlo?

— Iria, dilo ya — dice Martín.

— Voy a tener un niño. — les sonrío a todos.

— Me debes cinco euros. — le dice Martín a Héctor.

Suelto a una pequeña carcajada y ruedo los ojos.

— ¿Hicisteis una apuesta sobre el sexo de mi bebé? — sigo sonriendo.

— Tal vez — dice Héctor dándole un billete de cinco euros a Martín.

— Sí, si la hicimos y gané. — dice Martín.

— Yo no sabía nada. — se defiende Lucía. — Me lo tenías que haber dicho, yo también quería.— le reprocha a Martín.

— Cuando te quedes embarazada yo voy a hacer lo mismo que tú querido novio. — le digo y me sonríen ambos.

— Me parece justo. — Lucía se encoge de hombros.

— Lo vas a hacer genial. — me dice Pablo.

Cinco meses más tarde...

Di a luz hace poco más de un mes.

Álvaro, mi bebé, es precioso.

Tiene una pequeña capa de cabello negro y ojos claros, muy parecidos a los de Jorge. Es cierto que el color puede cambiar pero dudo que los de él cambien. Se parece más a Jorge que a mí, la verdad. De mí solo sacó algunos rasgos, pero el pelo y los ojos son como los de Jorge.

— Hola cariño — le digo cuando abre los ojos.

Álvaro se había quedado dormido en mis brazos. Le acaricio la cabeza despacito y abre más lo ojos mirándome.

— Está despierto. — dice Jorge sentándose a mi lado en el sofá. — Hola, pequeño. — lo acaricia y Álvaro agarra su dedo.

— Se parece a ti. — le digo mirándolo de reojo.

— Solo un poco. — me da un beso corto en la comisura de los labios.

— ¿Lo quieres coger tú?

— Sí, claro.

Le doy a Álvaro con cuidado y me giro para mirarlos a ambos.

Jorge le acaricia una de las mejillas regordetas que tiene. Mi centro en él, en como sus ojos tienen un ligero brillo mientras acaricia a nuestro hijo. Jorge me mira a mí y el brillo de sus ojos incrementa todavía más.

Le sonrío y me devuelve la sonrisa.

— No sabes lo que te adoro preciosa. — me susurra al ver que Álvaro vuelve a cerrar los ojos.

Le doy un beso en la mejilla y me levanto del sofá.

— Me voy a duchar, ¿te quedas tu con él mientras? — asiente y voy a nuestra habitación.

El vecino de los tatuajes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora