Capítulo 15

1.4K 70 2
                                    

Estoy hasta arriba con los exámenes. Estamos a unas semanas de empezar las vacaciones de Navidad y Pablo y yo no damos a basto con los exámenes.

Hoy Pablo y yo cerramos el bar lo más rápido que pudimos para poder subir al piso a repasar.

— Vale, lo tienes perfecto — le comento a Pablo tras pasarnos las dos últimas horas repasando para el examen de mañana.

— Hola — saluda Jorge entrando en el piso con unas bolsas.

— Tu también lo tienes genial, Iria. No te rayes, ya verás como mañana te sale genial. — Pablo me abraza tras recoger sus cosas.

— De todos modos seguiré repasando un rato. — le doy un beso en la mejilla y lo acompaño a la puerta.

— Haz lo que quieras. Porque se que diga lo que diga no me vas a hacer caso. Solo te recomiendo dormir algo porque sino vas a parecer un zombie que no se sabe nada. — sale del piso y llama al ascensor.

— Muy alentador, Pablo. — le susurro para no molestar a nadie gritando ya que es tarde.

— Descansa Iria.

— Hasta mañana, Pablo. — me vuelvo a meter en el piso.

— ¿Qué tal, preciosa? — Jorge me vuelve a saludar con un beso en la boca.

— ¿Dónde estabas, ya es tarde? — lo abrazo.

— Salí tarde del estudio y luego fui al supermercado.

— Ah. Bueno, voy a seguir estudiando. — me separo de él y voy a dónde dejé los apuntes.

— Llevas tres días estudiando con Pablo, seguro que te sabes todo. — dice apoyado en la pared.

— Bueno, cinco minutos más. — le pido con voz suplicante.

— Iria van a ser las doce de la noche, es mejor que descanses mañana te tienes que levantar pronto.

— Solo un rato más. — intento convencerlo.

— Me voy a duchar y cuando vuelva quiero que ya estés lista para dejarlo. ¿De acuerdo?

— Sí. — le respondo a regañadientes, volviendo a mis apuntes.

No sé cuánto tiempo pasa Jorge en la ducha pero a mí me parece poquísimo. Apenas me dio tiempo a leerme dos hojas.

— Tardaste muy poco. — le digo cuando escucho que vuelve a entrar en el salón sin dejar de mirar mis apuntes.

— Fueron diez minutos. — se sienta a mi lado.

— Da igual no me sé nada. — digo algo estresada.

— Si que te lo sabes, solo necesitas relajarte. — me agarra la cara con ambas manos para que lo mire.

— No puedo. — sus ojos grises reparan los míos.

— Pues entonces yo te ayudaré. Vente. — tira de mí cogiendo en brazos.

Todos mis apuestes caen en el sofá mientras Jorge me carga hasta la habitación.

Jorge me deja en la cama y se cierne sobre mi.

— Tengo que estudiar. — susurro.

— El examen te va a salir genial, solo relájate. — empieza a besar mi cuello.

Poco a poco estoy más excitada.

Jorge deja mi cuello y pasa a besarme los labios. El beso es algo rudo haciendo que nos deborémos ferozmente.

Se incorpora un poco para desvestirme completamente. Es en este momento cuando me doy cuenta de que estaba con una toalla alrededor de la cintura.

Se vuelvo a cernir sobre mí y me besa.

El vecino de los tatuajes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora