Me despierto con el sonido de la lluvia chocando contra la ventana.
Abro los ojos lentamente y finalmente decidí levantarme. Cojo mi móvil y salgo de la habitación.
Me las apaño para llegar a la cocina de la mansión, donde está Jorge.
— Buenos días— lo saludo sentándome enfrente de él.
— Feliz Navidad— dice sonriendo.
— Es verdad.— me llevo las manos a la cabeza. — Feliz Navidad, entonces.— le sonrío avergonzada.
— ¿No te acordabas?
Apoya su mano en su barbilla.
— La verdad es que no sé ni en qué día vivo. — admito algo avergonzada.
— No tengo ningún regalo para tí.— dice.
— Yo tampoco. Sí te soy sincera no sabía que te volvería a ver.— digo sinceramente.
— Comprendo.— me mira pensativo. — ¿Te puedo dar un abrazo como regalo?
Sonríe dulcemente y me río.
Me levanto de mi silla y me quedo de pie enfrente de él.
Abre las piernas para que me meta entre ellas y lo abrazo.
— Por cierto, te queda muy bien mi ropa. — dice contra mi cuello.
— No es la primera vez que me lo dices.— le digo recordando otra vez cuando lo conocí hace cuatro años.
Se separa un poco de mí y se queda pensando.
— Es verdad, ese día estabas borracha pérdida.
Envuelve mi cintura con sus brazos.
— Tampoco fue para tanto.— digo irónica.
— Tenías una rodilla sangrando y pensaste que te iba a hacer algo cuanto te quería meter en mi piso. — dice sonriendo.
— No te conocía.— digo en mi defensa.
— Y al entrar no me dejaste hacerte las curas. Primero, me pediste que te dejará ducharte, luego, me pediste ropa y finalmente, me déjate hacerte las curas.
— Qué conste que te agradecí.
— ¿Cuánto habías tomado esa noche?
— Casi una botella entera de tequila — recuerdo sonriendo. — y sabía genial.
— Si, también sube bastante.
— Eh — le doy un pequeño golpe en el hombro.— , fueron pequeños fallos técnicos.— me defiendo.
Jorge eleva una ceja.
— Vale, tal vez lo hice un poquito apropósito, pero solo un poquito.— me río.
Vuelvo a mirar a Jorge a los ojos y el a mí, pasamos así un rato.
— ¿Puedo traer a Toby estos días?
— Claro.
— ¿Porque Toby no estaba ese día?— no recuerdo haber visto a Toby.
— Estaba con mis padres, se lo llevaron esa misma tarde.
La mano de Jorge hace pequeños círculos en mi cintura.
— Ah. La primera vez que yo vi a Toby fue cuando entre en tu casa por la terraza.
Sonrío.
— Cierto. — también sonríe. — Tuviste una forma muy buena de despedirte.
— Gracias por el orgasmo— digo en un susurro recordando lo que dije.
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El vecino de los tatuajes
Romance"Las cosas no siempre salen como planeamos y eso puede ser bueno, a veces." Iria Rodríguez es una chica que sale de fiesta a escondidas para no arruinar la "perfecta" reputación de sus padres. Su madre siempre quiso controlar todo lo que hacía pero...