Cinco minutos.J: me están haciendo esperar, pero todo bien por aquí.
Ocho minutos.
J: son muy lentos. Voy a presentar una queja en "atención al cliente".
J: omg crees que me den un porro por las molestias??
Doce minutos.
J: ya van a llevarme adonde Kurt.
Quince minutos.
Diecisiete minutos.
Dieciocho.
Diecinueve.
Presioné el botón para llamar.
– El número que ha marcado no se encuentra disponible en este...
Corté al mensaje del buzón, acabando con la llamada.
Miré hacia el taller, sintiendo como poco a poco el pánico iba haciéndose conmigo.
Las instrucciones de Jagger habían sido claras. Si no contestaba cuando le llamara, luego de que dejaran de llegarme sus mensajes, tenía que llamar a "E".
Así que, sin quitar un ojo del taller, fui buscando el contacto. Me lo pensé durante exactamente cinco segundos antes de pisar el botón para llamar. Y tan pronto como lo pisé, vi a Denisse salir a lo lejos.
La puerta principal del taller no se veía desde mi posición, tapada por la valla de entrada. Pero sí se veía lo que parecía ser una puerta trasera. Y no podía observar su rostro, pero era definitivamente Denisse; reconocí incluso la misma ropa que llevaba antes.
Colgué la llamada, sintiendo un torrencial alivio inundarme.
– Gracias a dios... –murmuré, soltando el suspiro más profundo de mi vida, arrojando el móvil a los asientos traseros y saliendo del coche. Qué puto susto había pasado.
Pero cuando observé con más atención, me di cuenta... con extrañeza, de que mi hermana tenía las manos juntas en sus espaldas. En un ángulo nada común.
No podía observar su expresión desde tan lejos.
Sí pude observar al hombre gigante que salió por la puerta, justo detrás de ella.
Me tensé.
La empujó con algo.
Un arma.
– No. –comencé a caminar sin darme cuenta.
Una furgoneta negra apareció de la nada a la vuelta del edificio, y se detuvo justo frente a la puerta.
– ¡No! –comencé a correr.
Unos segundos después, la furgoneta avanzó a toda velocidad. Ya no estaban ni mi hermana ni el hombre a la vista.
– ¡NO! –corrí como si mi vida dependiese de ello, sin pensar en nada más– ¡DENISSE!
La camioneta condujo hacia un lado del taller, y salió a la carretera. No dejé de correr durante unos segundos, hasta que la razón regresó a mí y me di cuenta de que jamás iba a alcanzarlos. Me detuve.
– ¡JODEEER! –grité, con rabia.
«Concéntrate.»
Respiré hondo.
«Piensa.»
El móvil. Palpé mis bolsillos por instinto, hasta que recordé que lo había arrojado a los asientos traseros del coche. El coche, que había dejado varios metros atrás en mi inútil carrera.
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Evolution ©
Teen FictionCOMPLETA. El plan era sencillo: mudarse a Vincent's Town, olvidarse de su ex, y disfrutar en lo posible de su último año de instituto antes de comenzar su verdadera vida en la universidad. Por supuesto, cuando elaboró su plan, Audrey Bouffard no tom...