8. Disco.

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You can daaance! You can jiveee!

– No me siento cómoda con alguien metiendo un palo en mi ojo, la verdad.

– Se llama delineado, Audrey, zorra ignorante. –Tyler continuó torturando los bordes de mis párpados con delineadores de colores.

See that girl, watch that scene! –Jun alisaba su cabello cantando ABBA, ajena a las preocupaciones del mundo; o de mi ojo– Dig in the dancing queeeen!

– No estoy cuestionando tu arte, pero con todos estos colores fluorescentes le voy a causar un ataque epiléptico a alguien –cuando finalmente dejó de torturarme, vi el resultado final en el espejo. La sombra de ojos constaba de varios tonos sólidos difuminados, y el delineado era de un azul neón. De alguna manera, Tyler había conseguido que se viera bien–. Vale, olvida lo que dije. Eres un Mozart del maquillaje.

– ¿Por qué era que teníamos que usar esta ropa? –preguntó Jun, examinando el outfit que le había tocado.

– Porque es el tema de la fiesta –repitió Tyler.

Luego de haber convencido a mis padres para que me dejaran estar fuera hasta tarde, porque "la obra de teatro de El Mago de Oz terminaba a media noche", Tyler había movido algunos contactos y conseguido entradas para la "Noche Disco" en una discoteca de la ciudad.

Yo estaba obsesionada con los setenta y ya tenía lo necesario para improvisar algo, pero la hermana de Tyler estudiaba diseño de moda y nos había conseguido atuendos alucinantes a todos. Así que aquí estaba, viviendo la vida, con pantalones altos de patrones ochentenos y un top brillante un poco demasiado suelto para mi comodidad, pero que se veía genial y combinaba con una chaqueta. 

– No voy a admitir que me gusta –dijo Jun, examinando el traje disco de cuerpo completo extendido en mi cama–, pero tampoco voy a decir que lo odio.

Whaaatever –empujé mi cabello con la mano, imitando a la reina, Jackie Burkhart–. Michaeeeel, tengo frío.

– ¡Maldición, Jackie! No puedo controlar el clima.

– Nos vamos en cuanto Jun se cambie de ropa –dijo Tyler, rociándose algo en la cara para el maquillaje, ignorando nuestras frases icónicas.

– Ya voy, pesado –Jun cogió el traje y se metió en mi baño.

– Honestamente, Jun, es un outfit de puta madre.

– ¿A que sí? –Tyler se regodeó– Es que a veces es tonta y no me escucha.

– ¡Te estoy escuchando llamarme tonta ahora mismo!

Whaaatever. –Tyler imitó mi tono de hace unos segundos, muy a lo Jackie. Me reí de buen humor.

– Voy a por algo de beber –le avisé, dirigiéndome a la puerta cuando I Will Survive comenzó a sonar.

Mientras más me acercaba a la cocina, las voces masculinas que escuchaba de lejos se iban haciendo más claras. Cuando llegué, me encontré con Terrence y con Jagger, el estrambótico rubio cenizo, sacando cervezas del refrigerador.

– ¿Son lo suficientemente mayores para beber eso, señores?

Ambos giraron sus cabezas en cuanto escucharon mi voz. Los ojos de ambos fueron a parar directos a mi atuendo. Terrence frunció el ceño como si estuviese observando alguna fórmula de física cuántica, mientras que Jagger asintió con aprobación. Fue casi gracioso el asentimiento de respeto que me dirigió.

– ¿Vas así para ver El Mago De Oz? –preguntó mi hermano, confundido. 

– ¿Tú qué crees? Quítate –lo aparté de la nevera para coger la jarra de agua.

Evolution ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora