IV

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"𝑻𝒊𝒈𝒓𝒊𝒕𝒐 𝒕𝒓𝒂𝒗𝒊𝒆𝒔𝒐, 𝒍𝒊𝒏𝒅𝒐 𝒆 𝒊𝒏𝒐𝒄𝒆𝒏𝒕𝒆, 𝒆𝒔𝒐 𝒆𝒔 𝒍𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒓𝒆𝒔"

En el viaje de regreso, por más que ambos se sentaron en los asientos traseros, Hwanwoong parecía apartado, miraba por la ventana, ignorando completamente a Youngjo, aunque el peliplata no se iba a quedar de brazos cruzados, por lo que se pasó al asiento del medio y tomó las manos del menor, quien se sobresaltó por su acción, durando unos minutos en permitirle al mayor entrelazar sus dedos, viéndolo con confusión y un poco de culpa.

—Siento que tengo que pedirte perdón—Murmuró Youngjo—No supe qué hacer, Hwanwoong, lo siento.

El rubio sonrió un poco, conmovido por el gesto de su novio, no estaba enojado como pensaba que lo estaría, Woongie simplemente se sentía mal consigo mismo y quería estar apartado, pero sabía que no podía liberarse de su sobreprotector novio.

Hwanwoong asintió ante las palabras del peliplata, abrió la boca para hablar pero de inmediato la cerró, en su lugar, alzó la mano e hizo una seña.

"Está Bien"

Youngjo pasó la vista de la mano del chico hasta su rostro, viendo como sus ojitos se enrojecian al intentar contener un nuevo llanto.

—No, bebé—Dijo con un tono algo brusco—Tú puedes, lo sabes—El menor negó mientras mordía con fuerza su labio inferior, mientras bajaba la mirada hasta su regazo, Youngjo tomó con suavidad su rostro, alzándolo, los brillantes ojitos de su novio lo miraron, quebrándole un poco el corazón—Esto ya te pasó una vez Hwanwoongie ¿lo recuerdas? cuando volvimos del campamento—Esperó a que el menor asintiera para proseguir—Esto es como cada vez que vuelves a hablar en las mañanas ¿Si? Cuando me das los buenos días ¿Está bien?—Hwanwoong no decía nada, solo se dedicaba a mirar al mayor, sus ojitos seguían cristalizados a pesar de que sus ganas de llorar se habían ido—Solo te pusiste nervioso, bebé—Dijo Youngjo, refiriéndose a lo ocurrido en el consultorio—Nos pasa a todos, está bien, pero sabes que puedes hacerlo ¿Lo dices? ¿Por mi?

Hwanwoong sonrió un poco, cerrando sus ojos un momento, buscando, como todas las mañanas, el punto exacto en su pecho de donde sentía que provenía su voz, por lo que tomando aire, lo logró.

Bu-Buenos días.

El menor rió ligeramente, siendo interrumpido por los labios de Youngjo sobre los suyos, dejando un beso corto pero con todas las ganas del mundo, haciéndolo sonreír, la señora Yeo los miró con ternura desde el espejo retrovisor, sonriendo ampliamente mientras estacionaba el auto frente a su hogar.

Una vez dentro de la casa, Youngjo se sorprendió cuando Hwanwoong tomó su mano, sin decirle nada, tomó un par de toallas del estante, dejándolas sobre el pecho del peliplata para que las sostuviera.

—¿Qué? ¿Para qué?—Youngjo dejó de hablar cuando notó que Hwanwoong se dirigía hacia el baño—De repente, la idea de lo que el chico quería aprecio en su mente,queriendo irse y a la vez no, Hwanwoong lo había hecho pasar al baño, cerrando la puerta tras él—¿Hwanwoong? ¿Acaso quieres que n-nos...?

Hwanwoong rió ante lo ruborizado que estaba su novio, quien había apretado las toallas con fuerza sin darse cuenta, todo gracias a lo nervioso que estaba, el rubio las tomó y las colgó en los ganchos anclados a la pared, se acercó a Youngjo para dejar un piquito sobre sus labios, mirando los ojitos del gatito nervioso frente a él.

Baño de Novios—Respondió simplemente.

—¿Tú... En serio quieres..?

Youngjo no podía creer que su lindo chico, aquel que de forma tímida le obligaba a voltearse para cambiarse y aquel que era muy protector sobre su intimidad, hacer algo así, Hwanwoong comprendió la sorpresa de su novio por lo que estaba haciendo, él no era de hacer esas cosas.

LOUDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora