XXXII

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"𝑳𝒂𝒔 𝒍𝒖𝒄𝒆𝒔 𝒔𝒊𝒆𝒎𝒑𝒓𝒆 𝒅𝒆𝒃𝒆𝒓í𝒂𝒏 𝒃𝒓𝒊𝒍𝒍𝒂𝒓 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒕𝒊"

—Wongie, ya lo practicaste tres veces, te vas a cansar antes de la presentación—Dijo Youngjo, bajando la tapa que protege las teclas del piano.

Hwanwoong respiraba algo agitado, sus nervios solo habían aumentado con esas prácticas y el reloj en la pared tampoco ayudaba.

—Cariño—Youngjo colocó una mano sobre su cintura, rodeándolo por detrás. Hwanwoong dió un pequeño salto por el toque, hasta que se encontró con los atentos ojitos de su novio—¿Quieres algún dulce para tranquilizarte?

Hwanwoong negó, su estómago se había cerrado por los nervios. Buscó la mano de Youngjo para tomarla, presionándola entre las suyas, sintiendo que su bebé lo necesitaba, el mayor lo abrazó y él escondió su rostro en su cuello.

—¿Por qué tan nervioso, bebé?—Murmuró Youngjo, aunque el menor solo se encogió de hombros—Leedo me mandó un mensaje, ya están aquí, ¿Quieres ir con ellos?

Hwanwoong asintió, separándose del abrazo y caminando de la mano juntos, comenzaron a buscar a sus amigos.

No fue díficil encontrarlos, siempre habían usado el método de buscar a Dongju primero, era reconocible desde lejos y a su lado, iba a estar Geonhak.

Cuando se encontraron, no faltaron los comentarios de que no habían dicho en dónde estaban y de que no contestaban sus mensajes, que podían ponerle pausa al sexo por su amistad, lo esperaban en parte.

Pero lo que Youngjo no se esperaba fue la pregunta del musculoso cuando iban camino hacia el lugar donde sería la presentación, que usaban como gimnasio y que tenía un escenario.

—¿Le dijiste a tu madre de la presentación?—Youngjo frunció el ceño—La señora Yeo no, tu madre biológica—Aclaró y el mayor negó.

—No, para nada—Dijo-—Tuve que bloquearla de todos lados porque no dejaba de mandar mensajes y llamarme, no tengo contacto con ella desde hace meses.

—Está aqui.

—¿Qué?—Miró a Geonhak sin querer creerlo, el chico asintió.

—Mierda ¿Qué hace aquí?

Comenzó a ver alrededor para intentar encontrar una cabellera rubia, pero ninguna de las que veía parecía ser su madre.

—Esa mujer está loca, Ravn—Dijo el menor—Perdón por decirle así pero...

—Está bien, tienes razón, no me ofende.

Leedo suspiró y se encogió de hombros.

¿Y... Si cam-bió?—Preguntó Hwanwoong, quien hasta entonces había escuchado en silencio mientras caminaba de la mano con Youngjo.

—¿Crees que la gente así pueda cambiar?—Preguntó Geonhak y Hwanwoong asintió.

—Quizás se dió cuenta que no tienen remedio y viene a hacer las pases—Dijo Dongju.

"Eso quisiera creer" Pensó Youngjo.

—¡¿Qué hacen ustedes ahí?!—La voz histérica de Seoho hizo a los cuatro voltear con miedo, el pelinegro se acercó a ellos a paso apresurado—Los tortolitos tienen un dúo, deben estar atrás del escenario, empezamos en diez minutos.

Los ojos de Hwanwoong se abrieron de más al escuchar el poco tiempo que le quedaba, apretó con más fuerza la mano de Youngjo, quien devolvió el apretón para demostrar su apoyo.

LOUDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora