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"𝑵𝒐 𝒊𝒎𝒑𝒐𝒓𝒕𝒂 𝒄𝒖𝒂𝒏𝒕𝒐𝒔 𝒑𝒐𝒔𝒕𝒓𝒆𝒔 𝒆𝒙𝒊𝒔𝒕𝒂𝒏, 𝒕𝒖 𝒆𝒓𝒆𝒔 𝒎𝒊 𝒇𝒂𝒗𝒐𝒓𝒊𝒕𝒐"

Hwanwoong notó que varias personas se alegraron de que haya regresado a la escuela, lo notaba en las sonrisas amables de otros compañeros de clases, algunos profesores se lo había dicho directamente a él e incluso sus compañeros del taller de danza hasta lo habían recibido con un pastel de frutilla, con generosa cantidad de crema y trozos de chocolate.

Nunca habían sido tan atentos con él.

Lejos de bailar se día, pasó el rato con ellos, hablando de todo menos del tema del hospital y su salud, solo comentando que ya estaba bien y que en una semana podía volver a bailar.

Quería ver el dueto del rubio con bonitas pecas y el pelinegro, prefirió no comentarle nada al más bajito del grupo, porque había escuchado su pequeña pelea con el grupo en el que bailaría y se había quedado sin baile para la presentación.

Una hora antes de que terminara la clase, tocaron la puerta y Youngjo entró sin esperar respuesta.

-¡Woongieeeee!-Félix casi gritó, hablando en tono exagerado, imitando a una maestra de primaria, se giró hacia él con una amplia sonrisa-¡Te vinieron a buscar! ¡No te olvides de juntar tus cosas y...!-San lo empujó con brusquedad para que se callara, lo que casi hace que el rubio comenzara a pegarle por casi lograr que se caiga, claro que el pelinegro era más fuerte y no recibió ninguno de los golpes mientras reía.

-¿Y tu no saludas?-Preguntó San con gracia, viendo a Youngjo parado en la puerta.

El pelirrojo frunció el ceño con disgusto, viendo al pelinegro sosteniendo con fuerza los brazos de Félix detrás de la espalda de este, quien se intentaba liberar pero sin resultado.

-Buenas tardes-Murmuró y le dedicó una sonrisa a Jisung, acompañada de un gesto de mano, en modo de saludo. El pequeño era adorable y se merecía algo más decente que aquellas palabras secas.

Chaeryeong se despidió de Hwanwoong con un ligero abrazo, deseándole una pronta recuperación y finalmente el peliuva se fue junto a su novio, tomando su mano.

-Vengo a pie, pero puedo pedir un taxi si quieres-Ofreció Youngjo, Hwanwoong negó.

-Puedo ca-minar a tu lado-Dijo con una pequeña sonrisa, Youngjo sonrió también y asintió.

-Plan perfecto-Dijo-¿Qué tal tu primer día de regreso a clases?

-Lindo-Dijo y comenzó a contar cómo le había ido en sus clases y lo lindo que habían sido todos con él, lo que le llevó un par de cuadras-Y Chaeryeong me trajo pastel-Finalizó, respirando algo agitado por hablar tanto.

-¿Con crema?

-Y fru-tillas.

-¿Puedo probarlo?

-¿Hmg?-Maculló el menor, frunciendo ligeramente el ceño mientras se giraba hacia el mayor.

El mayor tomó su mentón y unió sus labios, besándolo de forma lenta, Hwanwoong soltó una ligera risa por el pésimo y casi ridículo acto de su novio sólo para hacer eso.

Al separarse, Youngjo lo miró con cierto brillo victorioso en sus ojos, Hwanwoong sonrió ampliamente y no pudo resistirse a apretar una de sus esponjosas mejillas.

-Eres tan bonito-Murmuró con cariño, las mejillas del chico enrojecieron.

Retomaron el paso hacia la casa de los Yeo y ni siquiera al llegar el mayor dejó sus mimos, haciendo reír a la señora Yeo cuando lo veía acariciando su cabello o mejillas, apretando los generosos mofletes de Hwanwoong o dejando besos por todo el rostro del chico.

LOUDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora