XXIV

18 4 0
                                    

"𝑸𝒖𝒊𝒆𝒏 𝒔𝒂𝒃𝒆, 𝒄𝒂𝒓𝒊ñ𝒐, 𝒕𝒂𝒍 𝒗𝒆𝒛 𝒊𝒏𝒗𝒐𝒒𝒖𝒆𝒔 𝒂 𝒍𝒐𝒔 𝒎𝒊𝒔𝒎𝒐𝒔 𝒅𝒊𝒐𝒔𝒆𝒔"

Fue cuestión de solo dos días para que los cuatro chicos restantes se presentaran en Ansan.

—Somos amigos de Hwanwoong—Dijo el azabache ante la confundida mirada de la mujer.

—Y de Youngjo—Añadió un peliazul en silla de ruedas, un poco más atrás.

—Nop, sólo tú eres amigo de ese calvo—Dijo el peliverde a su lado con una falsa sonrisa.

—¿Ellos se encuentran?—Preguntó el cuarto chico, que se veía tan serio como lo estaba el azabache.

La mujer rió por lo extraño de la conversación.

 —Están arriba—Dijo—Pasen, les diré que bajen—Añadió.

Ella esperó a que el cuarteto ingresara a la casa para poder cerrar la puerta y subir las escaleras, Hwanwoong apareció corriendo por allí, recibiendo abrazos, unos cuantos besos y palabras de cariño por parte de los chicos.

Apenas podía disimular las lágrimas en sus ojos, quería llorar y reír al mismo tiempo.

Por más que había hecho mal al no decirle nada a sus amigos, ellos seguían ahí para él, lo seguían queriendo y habían viajado desde Seúl solo por él.

—Oh, Woongie—Seoho fue el primero en reaccionar al ver al peliuva fruncir el ceño y sorber su nariz constantemente, fue de nuevo hacia él para abrazarlo, dejando que el rostro del chico se escondiera en su pecho, acarició su cabello mientras sonreía de manera tranquila—Puedes llorar, Woongie, estaremos para limpiar tus lágrimas y consolarte, también para hacerte reír y que olvides todo lo que te atormenta—Los hombros de Hwanwoong temblaron cuando comenzó a llorar, humedeciendo la camisa de Seoho, aunque todavía quería dejar sus sollozos en silencio, el mayor no dejó de dar suaves caricias por la espalda del peliuva—Estamos para llorar contigo, si quieres, Hwanwoong—Murmuró con un ligero nudo en la garganta—Estaremos para ti, siempre.

Escucharon un sollozo y voltearon a mirar a Geonhak, quien rápidamente fue hacia los brazos de su novio para que lo consolara, Dongju reía por lo sensible que estaba su chico.

—No empecemos a llorar todos, por favor—Dijo una voz que recién ingresaba a la sala. El peliverde al sentir la presencia de su otro Hyung favorito, salió directamente hasta él—Oh no, no, no ven... Aish—Se quejó cuando Geonhak lo abrazó con fuerza, casi tanta como para empezar a asfixiarlo, escondiendo su rostro en el hombro del mayor, apenas y Youngjo pudo rodearlo con un brazo para darle leves palmaditas en la espalda para calmar los sollozos del chico

Los presentes rieron por lo arisco de Youngjo.

—Nos preocupamos mucho por ustedes—Murmuró Geonhak, haciendo que la sala quedara en silencio para escuchar sus palabras, algo tapadas debido al abrazo—No nos vuelvan a dejar así.

Ambos chicos se sintieron mal, Youngjo dejó las palmaditas a un lado para abrazar levemente a su menor, a diferencia de cómo lo sujetaba él, a veces, Youngjo y Hwanwoong solo pensaban el uno en el otro, olvidándose que existían personas que tambien sufrian por su situación.

Un pensamiento bastante egoísta cuando nunca fue el caso, uno que estaban dispuestos a abandonar.

Nunca habían sido solo Hwanwoong y él.

Siempre fueron todos a su lado, ese momento no era la excepción, pero sí la muestra más clara de ello.

No sufrían uno o dos,no, afectaba a todos, siendo así como llegaba el apoyo, el cual no era sólo para su tierno Hwanwoongie, si no también para él.

LOUDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora