XIII

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"Me lo esperaba más de Kim, pero no de usted"

—¡Woongieeeeee!—Leedo corrió a abrazarlo antes de que el peliuva pudiera hacer algo—¡Feliz cumpleaños!—El chico lo movió de un lugar a otro, haciendo que el menor tuviera que golpearlo un poco para evitar que ambos cayeran—Ya diecisiete y sigues siendo igual de enano.

Hwanwoong frunció el ceño, quiso golpearlo con fuerza, pero el mayor se alejó con una sonrisa burlona, fue entonces cuando se percató del nuevo tono de su cabello, el cual era un verde brillante, curiosamente dicho tono se veía mal en la mayoría de las personas, por lo que, fascinado, se acercó al mayor y agarró algunos mechones entre sus manos.

Lindo—Murmuró con una sonrisa en grande.

—Dongju lo escogió, pero a ti, vaya, te queda espectacular ese lila—Su cabello seguía seco pese a haberse hechado una gran cantidad de hidratantes.

—¿Y Dongju?—Preguntó el chico.

—Me dijo que venía con Seoho—Se encogió de hombros mientras se dirigían al comedor—Sus padres no estaban y su abuela no sabe manejar, yo venía a pie, así que Seoho tuvo que hacer de mamá luchona.

Hwanwoong rió bajito, asintiendo, antes de sentarse, Geonhak saludó a la señora Yeo, preguntó si necesitaba ayuda con algo aunque la mujer negó, ya que tenía a Youngjo en ese trabajo.

Se juntarían a cenar y ya tenían servido algo de snacks sobre la mesa para que fueran comiendo mientras esperaban a que la comida estuviera lista.

Los padres del peliuva se irían luego de ello, ya que no querían que los jóvenes quemaran la casa, por lo que decidieron que sería mejor luego de que las ornillas y el fuego estuviesen fuera de su alcance, les dejarían la casa sola, para que se divirtieran sin problemas.

Dongju llegó rato después, aunque más tarde de lo que esperaban, Seoho lo ayudó a pasar los bajos escalones de la entrada, llevándolo hacia el interior de la casa.

Hwanwoong sonrió con fascinación al ver al ahora peliazul, ese tono en el cabello de su amigo, hacia resaltar una mirada profunda y un aura poderosa, aunque adorable, en el chico de la silla de ruedas.

—Feliz cumpleaños, Hwanwoong—Habló Seoho antes de que el chico se acercara a su menor—Lo lamento, pero no puedo quedarme—El peliuva ladeó la cabeza confundido, el azabache suspiró—Hace rato me llamo Keonhee porque Kang había comenzado a salir con un tal Giwook—Dijo en un tono como si no tuviera importancia, aunque Hwanwoong supo que estaba sensible por cómo bajó la vista un momento—Está despechado y me llamó llorando para que lo vaya a buscar a su casa y lo distraiga un poco.

—¿Que clase de distracción?—Se metió Geonhak, parado detrás del más bajito, el peliverde alzó nomás cejas varias veces, el azabache lo miró un momento y suspiró con cansancio.

—No molestes Kim—Habló—Keon no me quiere de esa forma y, tampoco está bien hablar de esa forma a tu director—Añadió, haciendo que los presentes lo mirarán con sorpresa y el peliverde tragara en seco por la cagada que había hecho.

Sin más, Seoho le dedicó una falsa sonrisa a Hwanwoong, lo abrazó un momento antes de decir un "Que la pases bien" y sólo se fue.

—¿Y Seoho?—Preguntó Youngjo cuando llegó al comedor, viendo que seguían siendo ellos tres.

Leedo parecía ofendido y se encogió de hombros como si no tuviese importancia, sin mirar al mayor.

—Se fue con Keonhee Hyung—Respondió el peliazul sin más.

LOUDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora