XIX

18 5 0
                                    

"𝑵𝒐 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓𝒐 𝒑𝒆𝒓𝒅𝒆𝒓𝒕𝒆"

El celular de Youngjo vibró en su bolsillo, lo sacó para ver el mensaje en la pantalla, se apresuró rápido en responder.

El celular de Youngjo vibró en su bolsillo, lo sacó para ver el mensaje en la pantalla, se apresuró rápido en responder

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Guardó el teléfono antes de esperar a que Leedo viera el mensaje.

Sabía que su menor comenzaría a bombardear preguntas, pero era todo muy extenso y delicado para contar, además, Youngjo seguía creyendo que Hwanwoong debía decirlo por sí mismo, él no era nadie para contar ese tipo de cosas, tan personales y graves.

El pelirrojo notó la mirada triste de su novio, sentado junto a él en las sillas de la sala de espera del hospital de Seúl, pero aún así estaba bastante alejado de él, como de costumbre.

Desde el día anterior, luego del accidente, Hwanwoong estaba más apartado de todos, en general.

Luego de lo ocurrido habían ido hacia el hospital, lo habían revisado en varios aspectos, pero al enterarse del tumor, aconsejaron ir con el médico que siempre lo trataba, ya que él sabría toda la historia clínica del adolescente.

En el hospital no le dieron demasiado tratamiento, les dijeron que el sangrado nasal era algo normal entre los que presentaban un tumor cerebral y que mientras fuera solo aquello, todo estaba bien.

Si el tumor era benigno, no había nada de qué preocuparse.

Cuando Youngjo había preguntado el por qué no había reaccionado, no tuvieron otra respuesta más que la de que su sueño era muy pesado, cosa que el pelirrojo no creía del todo.

No había nadie mejor que él para conocer que Hwanwoong era capaz de despertarse porque una mosca había zumbado cerca de la cama.

Pero no había discutido.

Miró a su chico, que se notaba totalmente decaído, posó una mano en su hombro y el menor apenas lo miró de reojo.

—Ven—Dijo el mayor, palmeó su regazo para que el chico se sentara en él. Hwanwoong lo hizo sin muchas ganas, el mayor lo abrazó con firmeza de la cintura, mirando su rostro con una pequeña sonrisa que escondía su preocupación, Hwanwoong se sintió mal por él, Youngjo lo acunó entre sus brazos, dejando que el menor recargara su cuerpo sobre el suyo, acomodó el mentón sobre el hombro del chico y miró de cerca sus ojitos —¿Quieres decirme algo?—Preguntó, Hwanwoong negó luego de unos minutos.

No lo diría en voz alta, pero una parte de él quería alejarse de todos, para no lastimarlos.

Al ver a su novio tan destrozado el día anterior, tan mal, sólo por su inconsistencia y el sangrado de su nariz, no pudo imaginar lo que sufriría si llegara a morir.

No quería que Youngjo sufriera por él.

Youngjo dejó un tierno beso en su mejilla, haciendo que el corazón de Hwanwoong se estrujase un poco, el peliazul mayor continuó con los besos, hasta llegar a sus esponjosos labios, tomando la suave mejilla del menor para mantenerlos unidos, acariciando los belfos del otro con los propios, en un baile lento y totalmente amoroso.

LOUDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora