P.O.V. Normal
Ya era de día, Hyoga y Shun aún seguían dormidos pero los leves rayos de Sol dieron directamente en los ojos del menor causando que se despertara poco a poco, volteándose para no sentirlos. Al abrir los ojos no tardó en enfocar el rostro del rubio que aún dormía; queriendo jugar un poco empezó a tocar las mejillas del contrario, apretarlas y dar toques suaves con sus dedos, pasando también su mano sobre el cabello de tonos ámbar del contrario, sintiendo lo suave que era y lo fácil que pasaban sus dedos a través de él, apreciando cada detalle de ellos y del rostro de su pareja.
Entonces en su mente apareció un pensamiento fugaz: "Desearía que nuestro hijo tuviera-".
Lo detuvo, se sintió tonto al pensar en eso; fueron segundos que lo pensó pero esos segundos hicieron que empezara a cuestionarse y "echarse en cara" pensamientos que hasta el momento jamás había tomado ven cuenta:
1.- Jamás podría darle a Hyoga una familia.
Lo sabía bien y aunque sonara hasta un punto tonto, amaría poder hacerlo, darle un hijo de su propia sangre quentuvira rasgos físicos como los de él, desearía poder hacerlo pero era más que claro que era imposible.2.- La sociedad y el trabajo.
Sabía mejor que nadie que en la sociedad en la que viven no serían aceptados sí llega el momento de casarse e inclusive sí no se casan. El trabajo les absorbería demasiado tiempo; Shun aún no trabajaba a tiempo completo, sólo trabajos de medio tiempo en la fundación de los Kido pero necesitaba empezar a buscar un trabajo estable y cuando pasé eso quizá ambos empiecen a pasar menos tiempo juntos debido a ello y llegar al punto 3.3.- Que Hyoga se canse de él.
Juraba que el amor entre Hyoga y él era eterno, maravilloso y perfecto pero como en toda relación, estas tienen problemas y temía que Hyoga llegase a cansarse de él por tener la misma rutina, por ser demasiado débil en varios aspectos, por ser algo simple. No dudaba del amor entre ambos pero de tan sólo pensar que podría haber algo que les impidiera estar juntos le causaba inquietud, ya una vez Ikki los había separado; ya había perdonado a Hyoga por eso pero temía que alguien quisiera separarlos de nuevo.Ideas tontas. Pensamientos normales que pasa cualquiera, ¿No?
Shun los sintió, todos y cada uno de esos pensamientos los sintió como agujas siendo clavadas en su pecho.
Sus lágrimas habían empezado a caer mojando la almohada en la que tenía apoyada la cabeza, por más que quisiera no podía voltearse para que Hyoga no lo viera pues él lo tenía tomado con más fuerza de la cintura evitando que se moviera y sólo podía dejar que sus lágrimas salieran sin emitir ruido alguno.
Fueron algunos minutos así hasta que el rubio despertó. Sonrió antes de abrir los ojos pero al hacerlo su sonrisa desapareció tan pronto vio los ojos de Shun y sus mejillas un tanto húmedas.
Hyoga: ¿Amor?, ¿Qué pasa? -se sentó en la cama sentando al menor entre sus piernas, abrazándolo para calmarlo- ¿Te duele algo?, ¿Te sientes mal? -negó dejando salir todas las lágrimas contenidas preocupando al mayor aún más- ¿Qué pasa, cielo? -suavizó más su voz mientras empezaba a acariciar la espalda contraria para calmar al menor-.
Shun: Lo Sien- Lo siento Hyoga -tapó su rostro evitando ser visto al derramar nuevas lágrimas-.
Hyoga: ¿De qué, corazón? -miró al menor confundido- ¿De qué te disculpas? -retiró las manos del menor y aunque le dolía ver a su pequeño llorar prefería observar cada gesto e identificar qué pasaba a sólo consolarlo con unas pocas caricias, era su pareja y necesitaba saber qué ocurría-.