La imaginación no llega mucho estos días y juro que intenté escribir más de una vez pero nunca salió.
¡Disfruten!
🍃
P.O.V. Normal
Habían pasado algunas semanas, casi los dos meses, desde la reconciliación de Hyoga y Shun, se encontraban cada vez más libres para expresar sus sentimientos frente a quien sea, cosa que alegraba mucho a la pareja pero que hacía disgustar a Ikki; no se acostumbraría de la noche a la mañana, eso era claro pero aun así podía tener una conversación, quizá no amena pero por lo menos pacífica con Hyoga, cosa que agradaba al menor de todos y a cierto castaño que había estado más cerca de Ikki, siendo su pasatiempo molestar y jugar con la cordura del mayor quien mostraba una pequeña sonrisa cada vez que se acercaba el castaño.
Los días de Ikki eran más agradables y cada vez cambiaban más. En lugar de querer golpear al menor por alguna de sus bromas, quería abrazarlo y quizá una vaga idea de besarlo en las mejillas cada vez que se llevaba grandes cantidades de comida a la boca pareciendo un pequeño y lindo hámster, incluso le dejó de molestar lo desordenado y travieso que era el menor siempre que llegaba a la mansión. Ya eran varias semanas desde que tuvo la dicha de salir con Seiya, quería pasar tiempo con él aunque su horario de trabajo, el cual consiguió de forma rápida gracias a Saori, se lo impidiera; llevaba días sin poder ver a "su castaño", cosa que le molestaba. Quién lo diría, en lugar de pensar en ver a su hermano, piensa en ver a aquel chico que siempre fue su dolor de cabeza y que ahora es el chico con el que quiere pasar su día, el que lo hace sentir bien consigo mismo, que lo hace suspirar y que lo llena de alegría, una alegría que no sentía desde hacía tiempo.
No obstante, tenía la suerte de tener finalmente un descaso de dos días en su trabajo, más específicamente un fin de semana, se sentía aliviado de descansar y poder ir nuevamente a la mansión sin tener que preocuparse por llegar tarde al trabajo. Preparó unas dos o tres mudas de ropa, también llevaba una pequeña pulsera para Seiya que "casualmente" consiguió días antes en una tienda cerca de su trabajo, solamente decía "S boy" (Chico S) pero sabía a él le encantaría. Luego de algunos minutos de acomodar todo para su breve estadía se dirigió a la mansión con una sonrisa que se podría considerar enorme para alguien como Ikki, ya que no sonríe con frecuencia.
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No pasaban de las 10:00 de la mañana cuando llegó a la puerta principal del lugar; sin cruzarla, pudo escuchar los gritos de Shiryu hacia Seiya diciéndole que dejara de hurtar la comida que quedaba en el refrigerador. Sonrió de lado antes de cerrar la puerta tras él; los gritos cesaron en cuanto entró y vio cómo su hermano caminaba a paso rápido hacia él con aquella energía que mostraban cariño y admiración siempre que miraba a su hermano.
Shun: Hermano, ¿Qué te trae por aquí? -sonrió mientras aún tenía abrazado a su hermano- según recuerdo, los fines de semana trabajas.
Ikki: En efecto, pequeño -se separó por completo del menor- pero mi jefe me dio este fin de semana libre ya que se va a un viaje de negocios -observó a su alrededor, notando que todos estaban en la sala, a excepción de Shiryu y Seiya que iban saliendo de la cocina, arreglados para salir- hola, ¿Iban a algún lugar?.
Saori: Sí, Seiya y Shun descubrieron que había una feria cerca de aquí e insistieron en que vayamos todos, justo te iban a llamar.
Ikki: Oh, bien, cuando deseen vamos sólo permítanme dejar la maleta en la habitación -subió, desapareciendo a mitad de las escaleras de la vista de los demás-.