P.O.V. Normal
Ya habían pasado algunos días desde aquellos momentos especiales que el castaño había podido vivir gracias a cierto chico de cabellos azules que le regalo la pulsera que muy a su pesar se quita en ocasiones para ducharse, cocinar o inclusive entrenar; esa pulsera le hacía sentir feliz, demasiado feliz, aunque fuese algo simple para los demás, para él era algo significativo, se la había regalado la persona que le gusta que de alguna u otra forma había pensado en él. Desde ese día el simple recuerdo de Ikki diciendo que lo compró pensando en él ya que le pareció lindo hacía que se sonrojara y sonriera como un tonto enamorado pero al final del día, sí era un tonto enamorado; le creyó tanto sobre la razón de la compra de la pulsera que incluso pensó que la "S" significaba su nombre, creencia que no estaba tan alejada de la realidad.
No obstante, no había pasado tanto tiempo desde la última salida y realmente ansiaba poder visitar la playa pues hace no más de dos días Saori les dijo que por razones laborales tendría que ir a Shikoku (Es la más pequeña de las islas principales de Japón) y quedarse por lo menos una semana en aquel lugar, ella amablemente los invitó a pasar esa semana junto con ella en dicho sitio, donde se hospedarían en un hotel con vista directa al mar, sería gratificante pasar los días ahí. El castaño, estaba terminando de ordenar todo alegremente, al igual que Shun junto a cierto rubio que se encontraba en su cuarto y un muy molesto Ikki, quien fue prácticamente obligado a ir pues usaron la excusa de que en esa zona vendían los mejores mariscos, el punto débil del mayor.
Seiya: ¿Cuándo podremos irnos Shun? -preguntó sin terminar de bajar las escaleras y con dos maletas a cada lado, una más pequeña que la otra mirando todo lo que podía del primer piso, notando la falta de dos personas- un segundo, ¿Dónde están Ikki y Saori? -volvió a preguntar pero esta vez ligeramente alegre al recordar al mayor, a su mayor. Llegó al último escalón, empezando a guiar sus pasos a la camioneta cerrada que usarían para ir hasta el aeropuerto-.
Shun: Mi hermano dijo que nos alcanzará en el aeropuerto y la señorita Saori dijo que tenía una reunión hoy así que se tuvo que ir antes -dijo siguiendo al castaño para realizar la misma acción de éste- ¿Cielo, llevas todo? -preguntó sobre su hombro al chico que lo seguía-.
Hyoga: Sí, todo está empacado -respondió revisando por tercera vez que todo estuviera listo- en todo caso conejito, llevo dinero por sí nos falta algo -alcanzó al menor para tomar su mano dulcemente, todo delante del de ojos marrones-.
Seiya: Chicos dejen de comer pan delante de los pobres, por favor, tendrán todo el tiempo del mundo una vez lleguemos a Shikoku -interrumpió el momento, rompiendo la burbuja en la que se encontraban sus amigos, no era mala intención, le gustaba molestar a sus amigos con respecto a sus muestras de afecto frente a él. Quizá tenía un poco de envidia-.
Shun: Oh vamos Seiya, cuando tú tengas pareja actuarás igual o peor -soltó una pequeña risa ante su comentario- siento sí se vuelve incómodo a veces -sonrió cohibido-.
Seiya: Já, no deseo salir con nadie -cruzó los brazos sobre su pecho, mostrando una expresión ofendido, riendo al momento. "Como sí alguien quisiera salir conmigo, Shun". Pensó- da igual, vámonos, todavía tardaremos una hora en llegar al aeropuerto y otra más en llegar y realmente ya quiero disfrutar del mar -sonrió antes de tomar el asiento trasero de la camioneta ya que los delanteros los tenían Hyoga y Shun-.
Hyoga: Bien, bien, tranquilo, tendrás toda la semana para disfrutar del mar -quería hacer que se calmara, no quería soportar a Seiya preguntando sobre a qué hora llegarían al aeropuerto-.
Subieron sus pertenencias en la parte trasera de la camioneta, no eran muchas cosas pues todos pensaban comprar algunos conjuntos de ropa una vez llegaran a su destino.