#Capitulo 42

138 7 0
                                    

#Capitulo 42

La manzana estaba fresca con un rojo intenso envidiable, se miraba deliciosa así que le planté una buena mordida nada delicada, el desayuno de esa mañana no había sido basto pero me dio pena repetir el platillo, algo que jamás volveré a permitir. Tomé asiento en una roca alta, me recargué en mi rodilla teniendo la vista perfecta de la casa que se encontraba a varios metros de mí, nos dividía un largo camino de hojas secas entre un hermoso prado bien cuidado gracias a mí, conectando con un bosque oscuro, yo... sentada en el bosquejo de este, era algo tentador darle la espalda al bosque pero aún mas a esa morada llena de historia.

¿Cómo olvidar ese año? Siglo XVI, año mil quinientos treinta y cuatro, o así marcaba el calendario de los hombres, ahí estaba yo, sentada en uno de los pueblos más remotos a las afueras de la cuidad de Hamburgo, Alemania. Le planto otra mordida a la manzana.

Estos hombres llevan tiempo hablando, no debería preocuparme pero me era imposible no dejar de mover el pie de desesperación. Hace ya rato que William me pidio hablar en privado con el Sr. Hendrich, pero no veo señal de vida de ninguno, entiendo que tarden, será una larga discusión. Sabía que el Sr. Hendrich reprendería a William, pero el acto que William estaba haciendo requería de gran valor, no me gustaría estar en sus zapatos, era un tema delicado, me levanto de la incomoda piedra y comienzo a dar lentas caminatas en zic zac, no quería apartarme de la gloriosa sombra que me otorgaba el frondoso benjamín de cincuenta años, le planto otra mordida a la manzana, yo, los nervios y comida no era exactamente una buena combinación, me sentía tensa e impaciente y cuando me pongo así no puedo dejar de moverme.

-¿Qué cree que le diga?- Wayne caminó detrás de mí, di un pequeño respingo tomándome del pecho y nivelando mi respiración.

-Se molestará... es evidente pero solo espero que no actúe de manera tonta- los dos admirábamos la linda construcción de madera con estilo medieval. Me cruzo de brazos y aviento el corazón de la manzana al suelo, le haría bien a la tierra.

-Es difícil, para los humanos eso es muy condescendiente- Wayne no estaba siendo de mucha ayuda.

-¿Por qué tardan tanto?- golpeaba mi pierna contra el suelo, mi respiración estaba agitada y ni hablar de mi manos temblorosas.

-Paciencia alteza... hay que darles tiempo- automáticamente me giré hacia la dirección en la que estaba pero no lo miré.

-Deberías de tratar que no te miren, los asustarás- coloco mi mano en la cabeza, no soportaba ni un segundo más, llevaban casi dos horas hablando.

-Por supuesto- se alejó un poco de mí para recargarse en el enorme benjamín.

-¿Crees que deba ir?- por primera vez me digne a ver el rostro de Wayne.

-Opino que necesitan su espacio, el joven William ya es adulto, podrá hacerlo por si solo- Wayne intentaba tranquilizarme, pero era inútil. Abrí la boca para responderle desesperada y un estruendo llamó nuestra atención, me giro, agudizo mi vista y a lo lejos distingo la anormal silueta del Sr. Hendrich, comienza a moverse desesperadamente, el silencio se convierte en el protagonista de la escena, estaba buscando algo con la mirada y al final comprendí. -Me está buscando- susurro mientras lo observo.

Me escondo torpemente en el benjamín y lo observo con Wayne detrás, algo raro estaba sucediendo, comienzo a avanzar, me adentro al camino de hojas secas, levanto mi vestido con ambas manos, y acelero el paso, me detengo a la mitad del camino a observar la lejana silueta de James Hendrich, ¡Crepúsculo! Me verá, avanzo rápidamente concentrándome en correr a preguntarle a Wayne cómo está todo, corro agitada por la fuerte brisa que amenaza con soltar una lluvia, por ultima vez confirmo que James queda lo suficiente lejos de mí para no distinguirme, concentro mi mirada en la puerta y la abro con decisión, entro atenta buscando a William, y en el momento menos esperado está tirado el suelo con la cabeza desangrada, con los ojos abiertos y gran golpe en el ojo.

-¡No por favor William! ¡No me dejes!- Su silueta comienza a difuminarse y desaparecer rápidamente, todo se oscurece y pierde su forma como si fuese de cera, me asusto, ¿Qué me está pasando? ¿Me estoy volviendo loca?

Despierto. Golpeo todo a mi paso, peor un minuto... no hay nada, me giro desesperada y con lagrimas en los ojos y me encuentro sentada en un asiento de tela azul marino, en un autobús en movimiento. -¡Hey nena! Tranquila... solo fue un mal sueño- Zayn me miró preocupado, había vuelto al presente.

-No fue un sueño- me levanto esquivando a Zayn de frente, entro al pasillo tambaleándome por el rápido movimiento del autobús, camino rápidamente hasta el fondo sintiendo como todos me comen con la mirada, Bella alcanza a verme y toma de mi brazo, yo solo niego, entro al baño portátil, coloco el seguro y me dejo caer en el suelo que tiembla por el asfalto.

-¡______! ¿Estás bien? Abre la puerta- Zayn comienza a agitar la puerta rudamente, me muevo de ahí para poner mi cabello detrás de los hombros y comienzo a vomitar en el inodoro, limpio mi boca y me recargo en la pared frente a la puerta, las imágenes venían rápidamente a mi cabeza, comenzaba a sollozar, sus ojos perdieron su color, se apagaron completamente, su piel se tornó fría y pálida, sus labios se resecaron, recuerdo como subí las escaleras en busca de un libro, buscando la manera de revivirlo, gritando auxilio y el nombre de Artemis, la ayuda de mis hermanos, recuerdo cuando encontré la carta que me había escrito, ese lugar era asfixiante, no podía seguir ni un segundo más, me levanto y abro la puerta con fuerza, Zayn se queda atónito al ver mi aspecto, lo miro un segundo y lo esquivo caminando hasta el frente, le pido al conductor que detenga el autobús y lo hace con rapidez, yo con la esperanza de que Harry también se detuviera. -Me bajaré del autobús, estoy bien, no hagan cuestionamientos... gracias- las puertas del autobús se abrieron y bajé, un hechizo mental a nadie le caía mal, en estos momentos de crisis.

El autobús comenzó avanzar y justo como lo desee, Harry estaba estacionado con Ray. Se levanta y se recarga entre la puerta y el auto. -¿Qué paso?-, no tengo fuerzas para responderle, abro la puerta del copiloto y entro al auto cerrando la puerta, el hace lo mismo y regresa a la carretera para seguir el autobús, ¿Cómo demonios sabe manejar? En fin... después le preguntaría, no me sentía con fuerzas para cuestionarlo, no quería hablar...

-Sé que no quieres hablar, yo solo quiero protegerte y lo sabes, ¿Qué te hizo ese idiota?- miraba hacia la ventana, debí de haberme subido en la parte de atrás.

-No es él, es solo que...- me miró confundido.

-Soy una asesina-

Oh por dios! Hemos llegado a los 3 mil leidos!! Estoy emocionada y de verdad muy agradecida por que sigan leyendo la novela, he tenido una semana muy ocupada y por eso no había continuado la novela o me había tardado mas de lo que comun,ente lo hago, espero que les siga gustando y POR FAVOR no olviden comentar que les parece la novela! Se les aprecia!

I Want Love ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora