Capitulo #2
Una oleada de frío me recorrió el cuerpo causándome un escalofrío, me moví lentamente, me sentía cansada aun pero mas que nada pesada, muy pesada, me moví, no dormí bien a decir verdad, algo incomoda me levante y la luz del sol entraba directo por mi ventana, me levante y di un estirón, estaba a punto de girar la perilla de la puerta cuando escuche ruidos de objetos chocar y caerse. Abrí la puerta de un impulso y salí deprisa. Edward estaba parado en la cocina nervioso, se le habían caído todos los cubiertos.
Me miro con estrés.
-Buenos días- le dije sonriente ayudándole a levantar todo.-Hola, ¿Como amaneciste?-
-Muy bien gracias, y tu llevas mucho despierto...- dije observando los pedazos de vidrio en el suelo.
-Llevo dos horas despierto, intente despertarte pero te encerraste- lo dijo en un tono de decepción que por alguna razón me sentí avergonzada.
-Solo por rutina, me disculpo- le sonreí tímidamente.
-No te preocupes, ya paso, quise hacer algo de comida, pero no supe qué- el chico se lo estaba tomando muy enserio, se miraba tenso, no tenía que ser tan atento.
Se sentó en la mesa muy nervioso.
-¿Estas bien? Paso algo que deba saber...- lo observé por un segundo.
-Nada solo... que estoy algo desacostumbrado a esto eso es todo- se recargó cómodamente en la silla y admiró el lugar... hasta para mí era abrumante un cambio de vida tan drástico y aun así llevando ventaja pues no es la primera vez que bajo a la orbe.
-Entiendo- quede en frente a él, la mesa nos separaba nada más.
-Hoy es el primer día -proseguí- es muy sencillo, yo disparare, tu solo observaras, en el remoto caso de que me suceda algo, por derecho te crecerán flechas en el centro de tu espalda, encontradas con tu columna vertebral, te ayudan a tener equilibrio por tus alas, con el tiempo aprenderás a sacarlas de manera rápida, solo una cosa -levante mi dedo indice- cada vez que te sacas una flecha duele, mas cuando lo haces lento, pero te acostumbras -le guiñe el ojo simpáticamente, Edward me observaba de una manera muy atenta, en verdad le tomaba importancia a esto, y estoy agradecida por eso.
-Quiero comentar algo- dijo el.
Lo observe de manera atenta.
-No me gusta que me llames Edward, nadie me llama así, me gustaría que me llamaras Harry- me miró coqueto con sus ojos verdes, se había arrebatado el papel de aprendiz de encima.
-Pero Edward es un nombre hermoso, Harry es más... de acuerdo si tu deseas que te llame así lo haré con gusto- dije sin protestar- solo que batallaré en acostumbrarme Harry -dije torpemente al final.
Harry y yo salimos del lugar y subimos hasta la azotea para llegar al techo del edificio, por cierto nada alto.
-Listo... ahora...- dijo esperando que prosiguiera.
-Ahora empezaremos a enamorar personas, ¡Mi parte favorita! mmm... olvido algo -dije cerrando los ojos con fuerza- ¡Ya! -los abrí- por si las dudas te lo digo de una vez mejor, aunque no lo creas los ángeles nos vigilan -musité- todo el tiempo Harry, cuando digo todo el tiempo hablo de cada segundo que pasa- frunció el ceño.
-Mas bien querrás decir que me vigilan a mi- me miró Harry con preocupación.
-¡Claro que no, me vigilan a mí!- me causó simpatía, era lindo... aunque aún faltaba conocerlo, quise evitar le mencionar que no me correspondía decirle que si me pasaba algo a mi el ocuparía mi lugar, por más obvio que fuera no debía saberlo pues tal vez por interés el seria el responsable de que eso pasará, no podría matarme pero prefiero no subestimarlo, aunque sea de la casa es un desconocido.
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I Want Love ©
Teen FictionNunca me enamorado, nunca he sentido lo que es una caricia, un beso, o el llamado sexo, no se lo que es amar aun... O ¿Por qué? La pregunta ironica de mi especie... solo tengo que cumplir cinco reglas llamadas las reglas "Nunca": 1. Nunca enamores a...