Capítulo 3: ¡Oye tu!

118 59 6
                                    

Rea

¿Aarón? ¿El qué hacia aquí?. Me quite el casco y baje de la moto, camine hacia su carro, un bonito Audi 100 coupe s color negro. Llegue a la puerta de este y de pronto el bajo haciéndome ver mucho más pequeña. Retrocedí, le sonríe tímida. 

—Hola — saludo con un sonrisa media coqueta. 

—Hola, no es por ser grosera, pero. ¿Qué haces aquí? Y sobre todo. ¿Cómo sabés donde vivo?

—Sam me paso tu dirección, y vine aquí para entregarte algo — me sorprende que no diga nada del aspecto de mi vecindario, pues me imagino que el de el es más limpio y no hay un grupo de personas en la esquina fumando, tomando cervezas y con aspecto de que te romperían la cara si te metés con ellos. A decir verdad no eran agresivos o al menos no con lo que vivían aquí, y tampoco buscaba pleitos solo protegían el vecindario. 

—¿Y qué es? — pregunte, viendo que no tenia nada en sus manos.

Metió su mano al coche y la estiro tratando de alcanzar lo que al parecer era mío. La puerta de mi casa se abrió y salió Owen muy despierto y ¿con un resortera?. 

—¡Oye tu! ¿Qué le haces a mi hermana? — dijo estirando su resortera y llamando la atención de grupo de la esquina. Todos se pararon y venia hacia acá. 

—Owen, tranquilo es...un amigo. Baja eso que puedes lastimar a alguien — dije tratando de que se calmara y vi que los demás están más cerca.

—De eso se trata. Le dispararé sino me dice su nombre y de donde te conoce — amenazo. Todos los de la esquina ya estaban aquí.

—Rea, hola. ¿Ocurre algún problema? — pregunto el señor Walter. Era un señor grande y musculoso, cabello negro, ojos cafés claros y de tez morena clara. Un FP Jones en pocas palabras, solo que más grande. El que mantenía el orden para que no ocurriera ningún problema. Lo hizo porque hace un año hubo muchos asalto y el señor Walter junto a al menos diez hombre y mujeres, para sacarlos de aquí, desde entonces todos se juntan en esa esquina para evitar cualquier problema. 

—Hola, señor Walter. No ocurre ningún problema —trate de sonar lo más paciente y tranquila que pude. 

—¿Cómo qué no ocurre ningún problema? — dijo Owen aun con su resortera —. Si ni siquiera se quien es el, ¿cierto señor Walter? — lo miro y este asintió. 

Ay Dios. 

—Cierto Owen, pero se soluciona fácil. ¿Quién es, Rea?

—El es Aarón, un compañero de la escuelas. Se me olvido algo y él muy amable me lo trajo hasta mi casa — explique tranquila. 

—Bueno, niño bonito— vaya que lo era —, ya me grabe tu cara. A la próxima que vengas te reconoceré, pero le haces algo a Rea o alguien de aquí y estas jodido, muñeco — advierto, dándole unas palmadas en su mejilla. 

—No le haría daño a nadie. Lo prometo — dijo nervioso y asuntado, pues todos lo miraba amenazante y Owen tenia su resortera. 

Walter se acerco a Owen y chocaron puños. 

—Tu muy bien, hijo. Creo que tienes más agallas que otro — el pequeño sonrió orgulloso y Walter se voltio hacia a mi —. Rea, ya es tarde. Sera  mejor que tu amigo y tu se vallan a la cama —  puso un mano en mi hombro dando un pequeño apretón como despedida y le dio un último vistazo a Aarón. Finalmente se fue. 

Aarón seguía es el mismo lugar, pobre. Me gire hacia Owen y me pue mis manos en mis rodillas, me incline un poco para estar más a su altura. 

No somos tan diferentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora