Capítulo 8: Traidora

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Rea

Momento tenso inserten música dramática. Tu estas siendo la dramática, seguro no lo toma tan mal. 

—Owen — me agache solo un poco para estar más a su altura —. Te tengo un noticia no tan buena.

—No me gusta ese "no tan buena" — deja de lado su helado de pistache. 

—Primero promete que no te enojaras conmigo — le sonreí amplio. 

—Eso depende de lo que me digas — me vio serio, muy pocas veces lo hace. 

Me tense y un poco, Sam llego a mi lado y el si se puso en cuclillas para ver bien al pequeño. 

—Oye Jaque, no te enojes con ella — tomo su hombro y lo apretó un poco —. Si no ya podrás montar su increíble moto y no te podrá llevar a mi casa a jugar. 

—Ya dije que todo depende de lo que me tenga que decir — lamio su helado. 

—Gracias por el apoyo Sam — mire directamente a los ojos verdes de aquel mocoso —. Owen, mamá no vendrá a casa porque... ella esta... ella esta el hospital. 

—¡¿Qué?! — soltó de repente su helado, de donde saque ese sentido arácnido que lo atrape antes de que callera al suelo. 

—Ella esta bien, solo no podrá venir como en una semana. 

—Rea, eres una traidora — su cara era una completamente de enojo. 

—Owen, no te enojes — se cruzo de brazos. 

—Dijimos que nunca ocultaríamos cosas importantes, lo hicimos por la garrita — su voz se entre corto un poco, el no era de llorar. 

—Lo se pequeño, pero no tuve tiempo de contártelo en paz.

 si lo tuvimos, solo no sabíamos como hacerlo. 

—¿Podemos ir a verla? — sus ojos estaban un poco lloroso. 

—Si, pero ahora no. Tengo que ir a trabajar — me acerqué y le di un abrazo, primero lo rechazo, despues hundió su cabeza en mi cuello —.  ¿Me perdonás?

—Tal vez — sus pequeños brazos rodearon mi cuello y aproveche para alzarlo del piso y darle un par de vueltas, sus piernas se enrolaron en mi cintura para tener un mejor agarre.

Lo hice reír un poco y cuando termine nos vimos durante unos segundos, despues junte nuestras frentes y hable:

—¿Qué es lo quieres, pequeño extorsionador?

—Mi dinosaurio de peluche — me hizo ojitos. 

—Esta bien, veré como lo consigo. Dame unos dias y tendrás tu dinosaurio — Sam llego con nosotros y se unió al abrazo

—También quiero abrazo — se acurruco en medio de los dos. Una señora que pasaba nos vio con ternura y dijo:

—Que hermosa familia — puso ambas manos en su mejilla derecha y ladeo la cabeza. 

—Soy adoptado — dijo Owen. La señora borro su sonrisa y se fue. 

—¡Owen! — dijimos Sam y yo al mismo tiempo riendo. 

—¿Qué? No me parezco a ustedes — lo baje y el se encogió de hombros. 

—Yo soy tu hermana y todos aquí tenemos cabello castaño. 

—Es verdad — tomo mi mano —. ¿Rea me compras otro helado?

—Eres un pequeño demonio, pero vamos por otro — un trueno se escucho —. Hay que ser rápidos. 

No somos tan diferentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora