Capítulo 4: Una pequeña historia de amor

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Rea

El doctor me observa y claro como siempre, me imagino lo peor. Le da un ultimo vistazo a su tableta y despues dice:

—Hace una horas su madre llego con una herida de bala en el abdomen, tiene lastimando una parte de su riñón derecho — santo cristo redentor —. Su madre esta fuera de peligro, pero necesita muchos cuidados y se necesita sacar una tomografía de sus riñones — termina de explicar. 

—¿Esta fuera de peligro? — pregunto mordiendo mi unas, nerviosa.

—Afortunadamente si, solo no se tiene que mover mucho y tendra que quedarse unos días en el hospital. 

—¿Puedo pasar a verla? 

—Claro, sígame — comienza a caminar hacia una habitación con el número "217" —. Es de madrugada, así que se puede quedarse hasta mañana a las diez de la mañana — abre la puerta del cuarto, se hace a un lado y me deja pasar. Cuando ya estoy adentro, me regala una ultima sonrisa y cierra la puerta tras el.

Camino hacia donde esta mi mamá, con un montón de cables y el monitor de ritmo cardiaco. Me acerco a ella y tomo su mano que esta un poco fría. 

La tapo bien y voy hacia el sillón que esta enfrente de ella. Tomo mi celular y marco al teléfono de mi casa. Espero unos segundos hasta que alguien responde

—¿Diga? — responde un voz roca y adormida. El señor Walter

—Señor Walter, soy Rea — saludo.

—Rea. ¿Cómo estás? — escucho un bostezó de su parte. 

—Yo bien. ¿Cómo van por allí?

—Estaba durmiendo en tu sillón, por cierto es muy cómodo— ríe —. Owen esta en su habitación. 

—¿Señor Walter, puede cuidar de el hasta mañana? — pregunto y cruzo mis dedos. 

—Si Rea, no hay problema — suelto un suspiro aliviada. 

—Muchísimas gracias. En la cocina hay un pedazo de panque y en la nevera todavía hay leche. ¿Se lo podría dar en la mañana a Owen?

—Claro, ¿quieres qué lo vaya a dejar a la escuela? — propone.

—No, ya a hecho mucho por nosotros.

—Ok, entonces solo le daré su desayuno — sonrío y me despido.

Me quito la chaqueta y me la pongo encima cubriéndome los brazos, sin darme cuenta me quedo dormida y despierto gracias al sonido de mi celular. Es el tono de llamada de Sam. Literalmente es el gritando "¡Contestame, te estoy  marcando. Contestame!" remarcando la "e" al final. 

—Rea, ¿Dónde mierda estas? — dice un poco muy enojado.

—Hola Sam, estoy muy bien. ¿Y tú?— respondo sarcasticamente.

—Ajam, dime donde estas — creo que no le gusto el sarcasmo esta vez.

—En el hospital, Sam — antes de que diga algo más continuo —. Estoy con mi mamá. No fue nada grave o al menos eso entendí. 

—¿Y por qué carajos no me avisás?

—Porque en cuanto llegue me quede dormida, solo deje que el doctor me explicara su estado. 

—¿Vendrás o quieres qué deje a Owen en su escuela? — pregunta ya más relajado. 

—¿Me haría ese favor? — sonrío, porque se que aunque no me ve, el sabe que lo hago.   

No somos tan diferentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora