Capítulo 9: Buena música

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Rea

El día no fue tan atareado como otras veces, salvo por lo de la visita de los chicos al restaurante y la llegada de esos dos, Noor y Carel. 

Mi turno había acabado pero seguía lloviendo así que me tocara mojarme. Ahora tomo en cuenta las palabras de mamá "Compra un auto, estas más segura y te cubre de la lluvia. Estamos en Oregón"  Si, lo hubiera pensado mejor. 

Pero no me quejo, mi linda bebé nunca me falla. Jale las cintas de mi mochila para que estuviera más pegada a mi, puse mi casco y prendí la moto, el lugar donde se queda esta cerrado por lo que no se mojo. 

Iba directo a mi casa, un poco cansada. Para mi mala suerte me tocaron todos lo malditos semáforos en rojo. Llegue al fin a casa, toda mojada y mis tenis hacían un chillido en cada paso. Algunas personas se ven bien mojadas, yo parecía un Pomerania mojado y temblando. 

En fin, entre a la casa y Rosy todavía no se había ido, me vio y se fue corriendo por un toalla al baño. 

—¡Rea!; porque no me avisaste. Podríamos ir por ti en el coche — su marido era un veterano de guerra que casi no salía de casa, pero compro un hermoso Mustang Cabrío del 66. 

—No, esta bien — me envolví entre la toalla y camine a mi cuarto —. Así ya no me baño. 

Me quite la ropa. Los jeans fueron los más difíciles, estaba demasiado pegados. Opte por ponerme un sudadera café sencilla y unos pantalones deportivos grises y lo más limpios que tenia de zapatos eras unos tenis vans negros. 

Clásicos y siempre a la moda, aunque tu no los luces como se debería. 

Sara siempre estas en desacuerdo conmigo. 

Sali de mi habitación y Owen estaba en la sala comiendo un pan tostado con mermelada y un vaso de leche al lado. Veía unas caricaturas todas raras en la televisión. 

—¡Hedmada! — exclamo, con la boca llena cuando me vio 

—¡Hedmado! — lo imite burlándome. 

—¿Ya vamos a ir con mamá? 

—Si, pero termina de cenar y vas por un sudadera antes de irnos — revolví su cabello, me gire hacia Rosy que se estaba quedando media dormida —. Rosy

—¿Ah? yo no se donde esta tu dentadura Julio — se despertó todavía en un transe. Eso nos hizo reí a Owen y a mi.    

—Rosy, julio no esta aquí y tampoco creo que este su dentadura. 

—¡Ay! yo lo siento. Estaba quedándome dormida — froto sus ojos para ver más claro y se puso de nuevo su lentes. 

—Te quería pedir un favor — dije cuando ya estaba más despierta. 

—Si, lo que quieras. 

—¿Me puedes prestar tu coche? — cruzo mis dedos. 

—Si, por supuesto. Vamos a mi casa para que te de las llaves — se paro del sillón.   

—Owen, ve por tu sudadera — el pequeño corrió a su cuarto y salió con un chaqueta que le regale en su cumpleaños pasado.

—Listo — tomo mi mano y fuimos a la casa de Rosy. 

Tomanos un paraguas grande donde cabemos lo tres. En el camino Rosy iba viendo cual era la llave de su entrada, porque tiene un llavero con un monto de estas y también tiene muchos llaveros algunos son muy extraños, pero quien soy yo para juzgar . 

No somos tan diferentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora