Capítulo 5: Tío Lucas

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Rea

Entramos a la escuela. Hace unos segundos había tocado el timbre para cambiar de clase, por lo que todos los alumnos estaba fuera y en cuanto entramos sus miradas fueron hacia nosotros. Un profesor salió del su salón al ver que nadie entraba. Primero me di un vistazo, despues sonrió y hablo. 

—¿Qué nadie tiene clases? — puso su manos al lado de sus caderas y sonrió amablemente, o bueno eso parecía antes de que digiera lo siguiente: — ¡A clases todos, carajo! — abrió su puerta y chasqueo sus dedos con rapidez y firmeza. La mayoría retomo su camino, sin embargo no faltaron algunos comentarios burlándose de mi. 

—Wow, Rea. Sabia que no tenias dinero para traer diferente ropa, pero pensé que no era para tanto — dijo un chico rubio de ojos verdes, su nombre es Ethan. Sam lo tomo de la camisa. 

—Y yo pienso que mis ganas de romperte la cara aumentan con cada respirar tuyo — le dijo entre dientes, mientras apretaba más su agarre. 

—Sam, dejalo — dijo Aarón tomando su mano y señalando al director saliendo de su oficina. 

Ah, yo quería ver como lo golpeaba. 

Si, conciencia todos lo queríamos verlo. Sam lo soltó dándole un empujón.   

—Bueno, ya todos a sus clases—  dijo el director llegando al  grupo de estudiantes. — Van...— checo su reloj, —  siete minutos de retraso en las clases

Ahora si, todos retomaron su camino y entraron a sus respectivos salones. Sam se quedo a mi lado y Aarón estaba al lado del director y a su lado estaba la rubia, Mariana. ¿En que momento llego Mariana? Tal vez cuando todos estaban fuera de sus clases. 

—¿Qué no oyeron? — alzo ambos brazos y los dejo caer a sus costados bruscamente —. Dije: ¡Todos a su clases! — nos vio a todos, pero cuando llego a mi la mantuvo unos segundos y me señalo —. Menos tu, ve a mi oficina. 

Que mal educado, señor director.

Ok vocecita, ahora de callarse.

 —Si señor — hice un saludo militar polaco, pues el director es de Polonia. Consiste en extender el dedo índice y el medio, doblando el  anula y meñique cerrándolos con el pulgar.

Me fui directo a su oficina sin mirar atrás. Abrí la puerta y entre, me senté en una de la sillas enfrente del escritorio. Como cinco minutos más tarde llego el director. Se sentó en su lugar, cruzo sus manos sobre su pecho. Y espero mi explicación. 

—Hola director, que bien le queda esa corbata — sonreí lo mas amplio que pude.

 —Es la que traigo todos lo días, Rea — apoyo sus manos en el escritorio —. Mejor dime tu excusa por llegar a las últimas clases. 

—Tuve una emergencia con mi mamá. 

—¿Implicó llevarte toda la mañana para faltar a clases?

—Si — conteste con simpleza. 

—Bien, necesito que tu madre venga para que creemos tu permiso y así no afecte a tus asistencias. 

—Lo siento, pero ella no puede venir. 

—¿Por qué?

—Porque esta en el hospital, señor — su cara se puso seria. 

—Lo siento, ¿ella esta bien? — cuanta curiosidad. Todavía tenia dones mi madre, pero no gracias, el director esta descartado para ella. Cabe recalcar que el director es divorciado. 

No somos tan diferentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora